Michelle Avila y Christian Kent parecían tener el mundo a sus pies y un futuro prometedor. Todo se truncó una noche de octubre en que aparecieron muertos.
Michelle Avila (23) y Christian Kent (20) conformaban la pareja perfecta. Bellos, jóvenes y con una vida de viajes a lugares paradisíacos. Parecían tener el mundo a sus pies y un futuro repleto de oportunidades. Sin embargo, aparecieron muertos abrazados en la cama.
Paulo y Adriana Avila, los padres de Michelle están devastados y no logran comprender qué ocurrió con su hija y su novio del que parecía completamente enamorada.
La noche de su muerte tenían una fiesta pero como estaban resfriados, Michelle le dijo a sus padres que no beberían ni una gota de alcohol y que se irían a dormir temprano. Vivían en la casa de sus padres en Newport Beach, Condado de Orange, California, como una forma de ahorrar dinero para poder independizarse lo antes posible.
Sin embargo, ese sueño nunca llegó. La noche del 14 de octubre fueron a una fiesta y luego regresaron a la casa de los padres de Michelle. Ella se despidió de su madre, se acostó y tuvo sexo con su pareja. A la mañana siguiente su madre se levantó para ir a trabajar. A su regreso cerca de las 4 de la tarde, vio que la puerta de la habitación de Michelle estaba cerrada y nadie respondía. Al abrirla se encontró con la pareja muerta en la cama y abrazada.
Tras meses de espera, los resultados toxicológicos arrojaron sobredosis de drogas. Heroína era la responsable de la muerte de los dos jóvenes. Los padres de Michelle aún no comprenden qué ocurrió. Su hija parecía tener una vida perfecta. Una estudiante ejemplar al punto de que en su época de escolar recibió una carta firmada por el entonces presidente George W. Bush por sus logros académicos.
Hasta el momento no saben en qué estaban metidos y si llevaban una vida secreta de la que nunca se enteraron. Lo único seguro es el amor que ambos se tenían y una muestra de ello es el abrazo que los unió al momento de su muerte.