Cuando la prensa deportiva chilena optó por ser irrestrictamente «pro fútbol» vivió las vergüenzas más grandes de la historia.
Reinaldo Rueda intentó ser lo más didáctico posible en su conferencia y utilizó elementos audiovisuales con dos fines: transmitir adecuadamente un mensaje complejo y también distender el ambiente. Por desgracia, no le funcionó para ninguno de los dos propósitos y la rueda de prensa terminó siendo más noticia que el contenido.
¿Qué pide Reinaldo Rueda? Que la prensa apoye a la Selección. Que haya mensajes positivos. Y si no puede ser toda la prensa, tal vez un sector. Al menos, que el canal que la ANFP le está vendiendo a Turner y que la estación dueña de los derechos de televisación de la Roja estén de su lado y a brazo partido.
Al entrenador colombiano no le gusta lo que lee en la prensa. Él espera otra cosa. Que no surjan dudas ni cuestionamientos. Que el flujo informativo transite por la vereda que él desea. Ojalá que le preguntaran siempre por su análisis del próximo rival y jamás nunca cosas como, por ejemplo, si es verdad que Eduardo Vargas no está en el equipo por haber cometido alguna indisciplina.
La directiva del Círculo de Periodistas Deportivos se reunió con Reinaldo Rueda y le explicó claramente que la realidad en Chile es diferente a la que posiblemente él vivió en otros lados. La prensa chilena, con millones de ripios y miles de defectos, es independiente. Su función es informar por sobre consideraciones como el color de la camiseta y la bandera. Se rige por códigos éticos y normas legales. Para generar mensajes positivos hay expertos y habitan en las gerencias de comunicaciones y relaciones públicas.
¿Qué es lo que no sabe Reinaldo Rueda? Que cuando la prensa deportiva optó por ser «pro fútbol chileno», y renunció a ser crítica y fiscalizadora, sufrió las peores vergüenzas. Primero, avaló y creyó en un tramposo que protagonizó el escándalo deportivo más bochornoso de la historia en 1989, en el estadio Maracaná. Años más tarde, entre 2011 y 2015, le dejó el camino libre a un delincuente para que robara a manos llenas como presidente de la ANFP.