La banda se presentó disfrazada y les regaló un espectáculo a los alumnos de la Viewpoint School de Calabasas, en California.
Los Red Hot Chili Peppers decidieron sorprender a los alumnos de la Viewpoint School de Calabasas, California, con un mini show en medio de las celebraciones de Halloween.
En el concierto tocaron “Can’t Stop”, el tercer single del álmbum By the Way, el octavo que sacó el cuarteto de Los Ángeles.
Además, para la ocasión cada uno de los miembros de la banda se disfrazó: Anthony Kiedis vistió un uniforme colegial con short y un antifaz; Flea se calzó un body con un esqueleto; Josh Klinghoffer se puso un ambo marrón claro con un chaleco amarillo, corbata verde y peluca del mismo color, y Chad Smith lució un traje de arzobispo con una máscara de Guy Fawkes.