«Es una curiosidad que no te puedes imaginar; es muy, muy, muy raro», dijo anonadado uno de los cirujanos que atendió al paciente.
Es un hecho que impactó a los médicos. Un paciente de 36 años, fue atendido de urgencia en un hospital, debido a su delicado historial médico y le colocaron un dispositivo de ayuda ventricular para el tratamiento de la insuficiencia cardíaca. Además, comenzaron a inyectarle un medicamento para la evitar la coagulación.
Durante la siguiente semana, el paciente tuvo pequeños episodios de hemoptisis, que es la expectoración de sangre procedente de los pulmones o los bronquios, aunque fue leve. Sin embargo, durante un terrible ataque de tos el paciente expectoró espontáneamente lo que parecía una parte intacta del árbol bronquial derecho, una de las redes tubulares más importantes del cuerpo humano ya que transportan aire hacia y desde los pulmones.
Tras expulsar el coágulo, que medía 15 entímetros de ancho, los médicos intubaron rápidamente la tráquea del paciente. El tubo permaneció durante dos días después y no volvió a tener más episodios de expectoración tan espectaculares como el de la foto.
Por desgracia, apenas una semana después de retirarle el tubo, murió por complicaciones derivadas de su insuficiencia cardíaca, pese al dispositivo de asistencia ventricular que se le había colocado.
Los médicos no saben cómo el hombre pudo expulsar esa parte del interior de su cuerpo sin que se rompiera. George Wieselthaler, uno de los cirujanos que atendieron al paciente ahora fallecido, aseguró a The Atlantic que se quedaron anonadados. «Es una curiosidad que no te puedes imaginar; es muy, muy, muy raro», recalcó.