El ex The Smiths cerró su tour y dos presentaciones en Chile en una impecable muestra sonora y un nutrido espectáculo para fanáticos
Por Diego Puebla
Fotos: Sergio Cortese
Octava presentación del ex The Smiths en nuestro país y dieciocho años han pasado desde su primera llegada a Sudamérica con el tour “Oye Esteban!”, que traducía Steven como una forma directa de llegar al público en español. Steven Patrick Morrissey con 59 años en la actualidad es bastante distinto de aquella primera vez en Estadio Chile. Cinco discos, un cáncer e incluso un Festival de Viña han actuado para solidificar la unión entre la fanaticada local y el británico.
En esta ocasión y luego de actuar en la comuna de Rinconada, específicamente en Gran Arena Monticello pasando al artista por subterráneos y utilizando amplias medidas de ventilación para limpiar al ambiente del olor a carne debido a los restaurantes, el show fue todo un éxito como antesala de lo que ocurriría en Movistar Arena.
Una pantalla blanca tapando el escenario y la multitud que tímida ingresaba el recinto, logró ocupar el 95% del recinto a la espera de “Moz”. A eso de las 21:00 horas y por 36 minutos, diversos videos musicales que variaban entre Ramones, Edith Piaf, Patti Smith, Massimo Rainieri o The Love Affair fue la interminable espera hasta que tres asistentes la retiraron por fin para la llegada de los músicos y Morrissey liderándolos. Los cinco acompañantes lucían “Meat is Murder” como mensaje en sus poleras, mientras que el cantante con chaqueta abierta mostraba su alusiva camiseta con “No+Rodeo #NOESDEPORTE” con la imagen de una vaca, enfocándose en su eterna consigna desde los 11 años cuando se decidió vegetariano.
Con un sonido pulcro, con cada arreglo perceptible y la voz de inglés impecable, se mostró en su faceta más alegre jugando con el público, agradeciéndole a cada momento e incluso firmando discos a la primera fila y estrechando la mano con sus seguidores.
Como parte del show final de su tour, mostró apoyo a Venezuela con una camiseta de la selección de fútbol del país, a la causa de los “chalecos amarillos” en Francia, en contra de la represión en el mundo y de los toreros con “The Bullfighters Dies”. “Low in High School” es la temática de la gira promocional, con su último disco de canciones inéditas fuera del recopilatorio de este año, y del próximo que tendrá covers donde adelantó su versión de The Pretenders “Back on the Chain Gang”.
Homenajeó a Ramones durante “Hold on To Your Friends” mostrando a Joey y Dee Dee en las pantallas, interpretó las intensas “Jack The Ripper” y la oda a la cotidianeidad “Spent the Day in Bed” con “I Wish You Lonely” más “Who Will Protect Us From the Police?”, el trío parte del undécimo material del inglés.
En sus viajes al pasado rememorando a su icónica banda, “Is It Really So Strange?”, “How Soon is Now?” y “William, It Was Really Nothing” son las pocas canciones que utilizó de su mezcla con Johnny Marr, creando de este encuentro con los chilenos uno de los más enfocados en su carrera solista además de un setlist focalizado en fanáticos. Clásicos como «Suedehead» hicieron falta de todas maneras…
Con bandera chilena amarrada en su cintura y “Everyday is Like Sunday” y “First of the Gang to Die” fueron las muestras de despedida ante un tibio público, que se volvió a encontrar con uno de los personajes más importantes de la escena britpop y también del rock en su corriente más indie. Desde el pop rock hasta el rock alternativo, pasando por el autodenominado jangle pop, demostró un impecable show y sólido en la ejecución donde ningún error se pudo notar, manteniendo el sistema de trabajo metódico desde su época Smiths.
Últimamente conocido en la cultura popular por sus episodios de intolerancia carnívora que por su excepcional música, Morrissey entró al mundo de ellos para demostrarles en el escenario que siendo vegetariano, puede tirar “toda la carne a la parrilla” en materia sonora y de espectáculo, creando una vez más otra exitosa visita por nuestro país.