El expolicía aparecía en la lista de los diez prófugos más buscados de Argentina, luego de haberse dado a la fuga a Paraguay por un asesinato.
Un bebé que no venía con la “marraqueta bajo el brazo”, no al menos para su abuelo, Héctor Amarilla, uno de los 10 prófugos más buscados por la justicia argentina. El excomisario fue detenido en la localidad de Rafael Calzada cuando iba a conocer a su nieto recién nacido, según Gendarmería Nacional.
Amarilla se dio a la fuga y marchó a Paraguay, tras un hecho que se le imputó el 25 de septiembre de 2013. Aquel día, Amarilla le disparó al cuello a Nicolás Vásquez (18), quien escapaba luego de robar (sin armas) una camiseta de la selección de España, desde un local en Buenos Aires del cual el excomisario era guardia.
Los familiares del fallecido dijeron a la prensa argentina, que Amarilla le disparó pese a que Vásquez levantó las manos. No obstante, lo curioso fue que horas más tarde, Amarilla apareció con un disparo en la pierna y dos armas: la reglamentaria y la segunda de otro agente. Dicho balazo fue una autolesión para simular que mantuvo un tiroteo con el joven.
Así, fue como el fiscal Kazewsky lo acusó de “homicidio doblemente agravado por alevosía y por su condición de funcionario policial” y ordenó su búsqueda nacional e internacional.