Permite “ver” anomalías termales de los volcanes activos como presencia de fumarolas calientes, flujos y domos de lava, entre otros.
Existen diversas técnicas de observación o vigilancia de volcanes activos, muchas de las cuales son aplicadas en los más de 100 volcanes activos a lo largo de todo el territorio chileno. Estos incluyen la medición de la actividad sísmica, monitoreo mediante videovigilancia, medición de los gases volcánicos, detección de la deformación de un volcán, el estudio de las rocas de un volcán y de su historial de erupciones, entre muchas otras.
Un grupo de investigadores del Núcleo de Investigación en Riesgo Volcánico de la Universidad Católica de Norte en conjunto con el Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastre, CIGIDEN, apostaron por una técnica menos tradicional: el estudio de los volcanes desde el espacio, es decir, mediante el uso de imágenes obtenidas desde satélites artificiales, casi en tiempo real.
Geólogos e ingenieros en computación desarrollaron una plataforma de observación volcánica llamada VOLCANOMS (https://volcano.ucn.cl), que debuta en abril. “Este sistema utiliza las imágenes que entregan diversos satélites que orbitan alrededor de la Tierra, para detectar el tipo de actividad de un volcán, que en ocasiones incluye la observación de una erupción”, asegura el geólogo, investigador CIGIDEN y académico UCN, Felipe Aguilera. La plataforma usa imágenes del satélite Landsat y la red privada PlanetScope.
Observación satelital
La ventaja de contar con una red de monitoreo satelital, destaca Aguilera, es que permite obtener variaciones de la actividad termal en el volcán y registrar la evolución de él, sin depender de sobrevuelos. “La buena resolución de la imagen satelital permite ver en tiempo casi real la actividad termal y asociarla al proceso en particular que experimenta el volcán. Es decir, si hay domo de lava o no o si la explosión es de un determinado tipo, entre otros factores”, afirma el vulcanólogo.
Las imágenes satelitales, además, muestran el espectro infrarrojo: “Este detecta temperaturas desde los 90 ºC a más de 500 ºC, lo que nos ayuda a ‘ver’, anomalías termales de los volcanes activos como presencia de fumarolas calientes, flujos y domos de lava, entre otros”, visualiza el geólogo de la UCN. A partir de abril ya estará disponible la información del volcán Lascar, uno de los más activos de Chile y en los próximos meses se sumará el Villarrica, Copahue, Peteroa, Llaima, Chaitén y Nevados de Chillán, que son que hoy presentan actividad. A partir del 2020 esperan añadir el resto de los macizos activos de Chile.
El monitoreo satelital permite determinar diversos parámetros esenciales para entender los procesos volcánicos, siendo uno de ellos la llamada “radiancia”. “Medida de la radiación térmica que emite un cuerpo, en este caso una parte del volcán, que es lo que se detecta como una anomalía. La ‘radiancia’ presenta una muy buena respuesta y correlación con la actividad de un volcán. Ejemplo de ello es lo observado con el volcán Villarrica meses antes de la erupción del 3 de marzo de 2015, la actividad se incrementó y la radiancia también”, explica Felipe Aguilera.
Comportamiento volcánico
Lo anterior, a juicio del geólogo e investigador CIGIDEN, muestra el fuerte potencial que tiene esta técnica de observación de volcanes, considerando que muchas veces los volcanes no se comportan siempre de la misma forma, y no siempre todas las técnicas de monitoreo responden de la misma manera en los periodos de tiempo previos a una erupción. Incluso en ocasiones no se observa nada.
Esta técnica de observación aunque no es nueva –a nivel mundial existen varios sistemas de monitoreo volcánico como MIROVA, MODVOLC y HOTVOLC–, está por primera vez siendo implementada de forma sistemática para volcanes chilenos y por investigadores de Chile. “Se trata de una herramienta de alta utilidad que puede ser fácilmente implementado como complemento del actual sistema de monitoreo volcánico del país y ser adoptado por organismos a cargo de la vigilancia volcánica como SERNAGEOMIN”, asegura el científico de CIGIDEN.
De acuerdo a los investigadores, a mediano plazo, esperan entender cómo es el proceso de un determinado volcán y generar patrones que permitan prever con mayor precisión las erupciones volcánicas en el país.