Por Jorge I. Lagás
Por segunda vez en su historia, Arctic Monkeys llega como cabeza de cartel a Lollapalooza Chile, esta vez con su más reciente disco “Tranquility Base Hotel & Casino” (2018) bajo el brazo. El mismo que les significó un punto de inflexión al incursionar en nuevos estilos, instrumentaciones, sonidos y atmósferas. Eso es lo que han llevado a los escenarios en esta gira, que vienen a culminar en este rincón del mundo.
Para saber más, nos comunicamos con el baterista de la banda, Matt Helders:
-Matt, una vez más el grupo hará de las suyas en Lollapalooza, ¿cómo los tiene este regreso?
-Muy entusiasmados. Cada vez que hemos estado ahí ha sido asombroso, son un público tremendo así que sí, todo lo que rodea esta situación es increíble.
-¿Cómo ha sido todo este proceso de “Tranquility Base Hotel & Casino” y todo lo que ha provocado?
-Ha sido muy divertido. La creación y grabación del disco fue un desafío muy importante para mí, porque la manera de hacerlo fue casi “en vivo” así que no podíamos cometer errores, a veces llegamos a ser nueve personas tocando al mismo tiempo. Fue algo difícil, pero al mismo tiempo muy entretenido. Y queríamos llegar a eso, que lo que se logre en estudio sea lo más parecido a una experiencia en vivo. Me parece que lo logramos. Y al poner esas canciones en los conciertos, todo eso cobra sentido. El show que estamos haciendo es una hora y media de música.
-Suena prometedor. Efectivamente, este álbum fue un giro en su carrera, expandiendo sus posibilidades. ¿Cómo fue tu experiencia en ese sentido?
-Claro, siempre tratamos de hacer algo diferente en todos los discos, pero esta vez fuimos más allá y dimos un paso más grande. Fue una apuesta y creo que funcionó.
-¿Estas ideas les venían dando vueltas hace tiempo o surgieron recién cuando se sentaron a hablar del nuevo disco?
-Empezaron a salir solas las conversaciones de cómo deberíamos grabar ahora: con dos baterías al mismo tiempo, logrando una especie de estéreo… o con dos pianos o dos guitarras a la vez. Queríamos explorar distintas técnicas y formas de grabar. En cuanto a la composición, Alex (Turner) se enfocó en su piano y ahí empezó salir material. Todo esto fue en las primeras etapas, así las cosas fueron llevando a otras y todo fue tomando forma.
-Decías que al tocar las nuevas canciones en vivo cobraban más sentido. ¿Cómo ha sido el incluirlas en el set y que suene coherente al ponerlas junto con las de los primeros discos?
-Es cierto, es todo un tema. Toma un poco de tiempo armar el set definitivo, poner las canciones en orden. La idea es que sea un viaje por nuestros diferentes discos y llevar al público en ese viaje. Y creo que lo logramos. De verdad al final todo tiene sentido, créeme.
-Una de las cosas interesantes es toda la discusión que se generó, a muchos les gustó, a otros no tanto, pero se habló bastante de esta nueva búsqueda musical. ¿Qué te pareció a ti ese efecto?
-Es algo que siempre puede pasar y está bien, para mí la cosa es que no puedes hacer un disco pensando en los demás, debes hacer un disco en el que tú creas y al que la banda le gusta. Ese es el riesgo. Si a alguien no le gusta, puede escuchar los otros discos, que siguen disponibles, ja. Pero creo que en general la gente lo entiende, han crecido con nosotros y todo esto es parte del juego. Yo no lo tomo como algo personal, son sólo opiniones.
-Ya son más de 10 años tocando con Arctic Monkeys y hace rato son una banda consagrada, ¿cómo ves esta historia que han construido desde el inicio?
-Es impresionante. A veces no parece que hubiera pasado esa cantidad de tiempo, hay muchas cosas que las recuerdo como si fueran ayer. Lo que más aprecio es la oportunidad de estar todo este tiempo tocando y haber vivido todo esto. Es muy especial. Y ojalá siga.
Arctic Monkeys estará en Lollapalooza cerrando el último día, el domingo 31 de marzo. Las últimas entradas están en sistema Puntoticket.