«Deberían haber tenido más dignidad y tratarlo mejor de lo que lo hicieron», dijo un familiar del paciente.
La pérdida de un ser querido siempre es un situación difícil para cualquier familia. Aunque en ocasiones hay enfermedades que están en un nivel tan avanzado que la medicina no tiene mucho que hacer, hay diferentes maneras de comunicar la muerte inminente de una persona para que la familia y el mismo paciente se vaya preparando y así no sea una situación tan traumática.
Algo que no ocurrió con Ernest Quintana, un paciente de 78 años a quien su médico envió a un robot para informarle que se iba a morir. «Creo que deberían haber tenido más dignidad y tratarlo mejor de lo que lo hicieron», dijo su nieta Annalisia Wilharm a CNN.
Quintana vivió por años con una enfermedad pulmonar obstructiva crónica, que progresivamente le fue deteriorando los pulmones, lo que derivó en un enfisema y bronquitis crónica. El lunes pasado, los médicos del Centro Médico Permanente Kaiser, en Fremont, California (EE.UU.), le realizaron exámenes para evaluar el estado de sus pulmones.
Los resultados arrojaron que el estado de Quintana era tan delicado que todo indicaba que iba a fallecer en las próximas horas. El diagnóstico fue certero ya que el hombre falleció al día siguiente. Aunque la familia estaba consciente del delicado estado de Quintana y que más temprano que tarde iba a partir de este mundo, lo que les molestó fue la forma en que se les informó.
El robot entró cuando Annalisia estaba en la habitación de su abuelo en la Unidad de Cuidados Intensivos del centro médico. Fue ahí cuando a través de un video el médico les informaba de la lamentable y cruda noticia. «Saben, no sé si va a llegar a casa», fueron las palabras del profesional.
«Tenía tanto miedo por él y me decepcionó la manera (…) y pude ver por la expresión en su rostro, lo que eso le hizo a él», dijo la mujer en conversación con CNN.
«Ninguna nieta, ningún miembro de la familia debería pasar por lo que acabo de pasar con él», agrega. Por su parte, el hospital ofreció «sinceras condolencias a la familia» en un comunicado.
«Nuestros médicos y enfermeras mantenían una comunicación regular y en persona con el paciente y su familia sobre su estado desde el momento en que ingresó a nuestro hospital. La teleconferencia a través del video de la tarde fue un seguimiento de las consultas médicas anteriores; no reemplazó las conversaciones anteriores con el paciente ni con los miembros de la familia ni se empleó en la entrega del diagnóstico inicial», señala el comunicado.
La familia estaba al tanto de la situación de Ernest y que tarde o temprano iba a fallecer. Lo que les molestó fue la falta de humanidad al momento de entregar la información.
«Sabíamos que lo íbamos a perder. Nuestro punto es la comunicación (de las noticias). No hubo compasión», señala Wilharm.
Gaskill-Hames, vocero del centro médico, dijo que el proveedor de atención médica está «aprendiendo continuamente la mejor manera de integrar la tecnología en las interacciones con los pacientes».
«Entendemos lo importante que es esto para todos los involucrados, y lamentamos no haber cumplido con las expectativas de la familia», agregó.