El estudio se realizó con la canción «Eaten» de Bloodbath.
BBC News comparó dos canciones completamente distintas, con 32 fanáticos del death metal y 48 personas que escuchan otros estilos. «Eaten» de Bloodbath y «Happy» de Pharrell Williams mientras se mostraban imágenes de distinta índole, para indicar el nivel de violencia que genera la música.
En las imágenes se mostraba una escena violenta y en la otra algo no violento. “Eaten” fue seleccionada porque contiene letras explícitamente violentas que están acompañadas por música con cualidades acústicas que son características de señales biológicas de agresión (nivel de tono medio bajo, gruñidos o gritos).
Por otro lado, se seleccionó “Happy” porque representa letras socialmente aceptadas y alegres, acompañadas de cualidades musicales con una connotación emocional positiva.
La universidad llegó a la conclusión de que ni la pista de BLOODBATH, ni otras letras del mismo género musical inspiran violencia. “Si los fans de la música violenta fueran insensibles a la violencia, que es lo que preocupa a muchos grupos de padres, grupos de religiosos y juntas de censura, entonces no mostrarían el mismo sesgo. Pero los fans mostraron el mismo sesgo hacia el procesamiento de estas imágenes violentas que los que no eran seguidores de esta música” afirmó el encargado del estudio.
Su compañero científico mencionó: “Los fans de [Death Metal] son buenas personas. No van a salir a pegar a alguien”.
Además, el vocalista de Bloobath, Nick Holmes dijo a BBC News sobre si estaba de acuerdo de que su banda fuera parte de esta medición: “Las letras son una diversión inofensiva, como se demostró el estudio”.
“La mayoría de los seguidores del death metal son personas inteligentes y reflexivas que simplemente sienten pasión por la música. Es el equivalente a las personas que están obsesionadas con las películas de terror o incluso con las recreaciones de batalla”.