El animal salió a jugar al parque y regresó al hogar presentando un comportamiento que asustó a sus amos.
Cheekah, es una perrita de 10 años que vive junto a sus dueños en Albuquerque, Nuevo México, Estados Unidos. Hace unos días sus amos la dejaron salir como siempre a un parque cercano para que paseara y cuando regresó al hogar estaba drogada.
De acuerdo al relato de los amos de la mascota, estaba rara, sufría escalofríos y vomitó en el suelo de la casa, una situación que de inmediato les causó extrañeza. Una vez que la llevaron al veterinario, dio positivo en metanfetamina, anfetamina y éxtasis.
«Ella se estaba moviendo y temblando y viendo hacia arriba, como si estuviera viendo algo, además de que no podía mantenerse quieta», afirmó Bob Kellogg, su dueño a la cadena local KRQE.
La veterinaria Kendra Freeman, que trató a Cheekah, dijo que esta situación es más común de lo que se piensa, y explicó que se debe a que los animales comen estas sustancias del piso en la calle, seguramente residuos dejados por adictos.
Por fortuna, la perrita no sufrió mayores consecuencias, aunque debió ser sometida a un tratamiento para que eliminara todas la sustancias tóxicas.