MALDITO ROCK AND ROLL

RESEÑA // Meshuggah en Chile: El coloso en su coliseo

Precursores en su estilo y conocidos por su exactitud en la ejecución, los suecos brillaron ante un recinto completamente lleno demostrando que son los encargados de la deconstrucción del metal.

Precursores en su estilo y conocidos por su exactitud en la ejecución, los suecos brillaron ante un recinto completamente lleno demostrando que son los encargados de la deconstrucción del metal.

Por Diego Puebla

Suecia es sin lugar a duda el elemento diferenciador en lo que a rock y metal se refiere. Ejemplos de innovación musical muestran a The Hellacopters o Cult of Luna, o a Entombed, Opeth, Hypocrisy como formadores de un sonido único, pero hay uno que llegó más lejos siendo creador de un género para gustos más exigentes dentro de lo extremo como lo es el djent. Ellos son Meshuggah (loco en hebreo), que desde su formación en 1987 como Calipash, posteriormente cambiaron su nombre al año siguiente, iniciando su periplo sonoro y trayectoria desde la ciudad sueca de Umea, enigmática por los cientos de proyectos desde esa zona siendo estos últimos los más emblemáticos.

Diversos EP’s los posicionaron en su país hasta que en 1995 “Destroy Erase Improve” marcó el camino entre la brutalidad mezclando lo progesivo, de la mano de una polirrítmia y una “obscenidad tonal” como la misma banda lo describe. Sirvió para que el mundo pusiera atención en su particularidad y de esta manera, se despegaron en cuanto a giras mundiales con Machine Head o Slayer, e incluso realizaron apariciones en la televisión pública de su país para la masificación de sus sonidos.

La evolución, dificultad y progresiones siguieron avanzando mientras los nuevos discos salían a la luz. “Chaosphere” la obra maestra, “Nothing” cambia las reglas del juego y los instrumentos utilizados con la llegada de las ocho cuerdas, “Obzen” plantea a la crítica el metal matemático como conclusión a lo que desarrolla la banda. Para finalmente tener con “Koloss”, la innovación y grandilocuencia de una agrupación perfectamente ensamblada y con “The Violent Sleep of Reason” en 2016, la posibilidad de entregar la unión del Avant-garde con el metal sumado a líricas que hablan de terrorismo, religiosidad u otras ideas extremas al servicio de lo musical.

Con todos estos antecedentes volvieron a Chile en dos presentaciones para hacer un repaso de toda su discografía. El Teatro Coliseo los recibió en su primer día con un gran marco de público que presentaba en su estética la diversidad de estilos que unifica Meshuggah. La influencia de Jens Kidman, Tomas Haake y compañía en nuestro país, se demostró inmediatamente antes de la presentación del quinteto. All Tomorrows, una de las mejores agrupaciones del circuito volvió al escenario para volver a ser parte de un cartel junto a su artista favorito como pasó en la pasada edición de RockOut en el Estadio Santa Laura.

“Dajjal” del disco “Opilion” de 2011 e “Immanence” o “Eiden” de Sol Agnates, son algunas de las muestras que en treinta minutos despachó el cuarteto en un sueño cumplido. La pulcritud y potencia de Pepe, Pablo, Óscar y Ramón se unía al sueño de la vida al tocar junto a la banda de tu vida. Los nacionales deslumbraron ante un gran recibimiento de los asistentes.

Treinta minutos exactos la luz se apaga y el equipamiento de los suecos ya estaba sobre el escenario. 21:30 horas y “Pravus” con Haake más Per Nilsson de inmediato demostrando sus condiciones en un intro descomunal, sorprendió de inmediato a las dos mil personas para pasar a “Born in Dissonance” parte del último álbum de estudio. Luego de esto, alrededor de 6 minutos estuvo interrumpido el show por algunos problemas de sonido. Un aplauso ensordecedor entregó la confianza a la banda para sentirse en casa, el público estuvo todo el tiempo de su parte.

Culminó el impasse para avanzar con canciones hasta el momento donde “Rational Gaze” es relevada por “Future Breed Machine”, el único corte presentado de la obra icónica “Destroy Erase Improve”. Ejecución perfecta, un juego de luces adhoc a la dificultad rítimica y la voz de Kidman en su esplendor, en compañía de un público “partner” intentando cabecear los complejos sonidos de la banda que entregaba un muro sonoro totalmente perceptible en cada detalle, a pesar de lo robusto de su música, dejando en claro que son el conjunto extremo que mejor suena en la industria en sus espectáculos en vivo.

Luego del encore “Lethargica” y “Bleed” entregaron un poco más del larga duración “ObZen” y siendo esta última canción la dosis de groove con baterías intrincadas ideal para esta fase final del concierto siendo lo más popular del conjunto… para finalizar con la excepcional “Demiurge”.

Un resumen claro de que son precursores en su estilo dejando amplias influencias desde Devin Townsend, Lamb Of God, los mismos All Tomorrows o Steven Wilson como legado de su obra. Además de ser ampliamente conocidos por su exactitud en la ejecución y nuestro país fue testigo nuevamente de ello. Es por ello, que los suecos brillaron ante un recinto completamente lleno demostrando que son los encargados en la deconstrucción del metal.

El coloso -persona o cosa que por sus cualidades sobresale muchísimo- de la música extrema deslumbró en su coliseo, a la espera del segundo espectáculo que entregarán en el centro de la capital.

 

 

 


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