La consigna era clara para la novena versión, la variedad a toda costa.
Por Diego Puebla.
Sin pretensiones y directo a la música fue el día domingo, el que mayor convocatoria generó a comparación de sus jornadas anteriores llegando a las 80.000 personas cuando salieron a escena los británicos de Arctic Monkeys. Pero vamos de atrás para adelante…
Adelaida desde Valparaíso a Lolla, abrió la jornada siendo catalogada como una de las mejores bandas de rock de Chile, siendo condecorada por los Premios Pulsar del 2018. El trío siempre con cadencias oníricas y sonidos psicodélicos, agruparon a los más animados que llegaban a eso de las 12:30 horas.
Desde el blues rock de CigarBox Man que debutaba en el evento con nuevo EP, Fiskales Ad Hok utilizó el espacio para definir y gritar con hardcore punk que todo espacio es válido para la contracultura. Mensajes alusivos a la derecha chilena, con su clásico logo de la espada atravesando el ojo de un conquistador, se transformó en la cara de Chadwick, Lucía Hiriart, entre otros. “Condor”, “Fiesta” o “Lindo momento frente al Caos” fueron los clásicos donde solo algunos problemas de sonidos opacaron mínimamente el desarrollo del show. El estreno de “Humanidad”, nuevo tema con la compañía de bronces hizo disfrutar a una gran cantidad de público que jamás escuchó nombrar a los nacionales.
Dentro de los ritmos más rockeros, La Vela Puerca con sus sonidos alusivos a los estadios y sus barras bravas o la primera agrupación venezolana en presentarse en nuestra versión del evento, Caramelos de Cianuro entibiaron el ambiente en un día donde los sonidos de nuestra incumbencia se suspendieron desde ahí hasta la llegada del headliner.
Puntos altos como el fenómeno musical Rosalía que mezcla el trap con flamenco, provocaron que la artista se emocionara por el feedback con los asistentes que piden a gritos una presentación de la joven española en solitario.
El rock pop teenager de The 1975 realza las actitudes de esta agrupación que ha evolucionado con el tiempo y que registra su segundo show en Lolla. Desconocidos para la masividad y reconocibles por la juventud, el model y youtuber Troye Sivan culminó el bloque para los de adolescentes que luego de ello, se repartieron en su mayoría para Movistar Arena y su bloque de electrónica. Tiesto y DJ Diablo era lo más esperado.
El ex metalero Juanes, que actualmente solo mantiene su look más desaliñado como manera de alejarse de su estampa como producto pop, realizó un show sin riesgos con todos los éxitos radiales. Algunos problemas de sonido, que derivaron del show de Gepe que se quedó cinco minutos sin audio alguno, fueron los momentos más incómodos de una extraordinaria organización como nos tiene acostumbrados. Este primer año con paneles solares manteniendo la energía de los escenarios, quizás sea el motivo de una gran intención por la sustentabilidad.
Sam Smith, el británico de la voz dulce e impecable conocido por sus colaboraciones con Disclosure y más, que lo mantiene posicionado en el R&B y el soul enamoró a las y los asistentes en una pasiva presentación. Al mismo momento, la excéntrica St.Vincent a punta de electro pop y guitarras estridentes converge una amplia paleta de estilos con una imagen intensa e hipnotizante.
Finalmente Arctic Monkeys, merecedores de un artículo aparte que puedes ver aquí, a diferencia del mismo evento en Argentina donde se presentaron un día sábado, fueron los indicados para cerrar con honores el festival más grande de la música en nuestro país. Con mensajes a favor de la diversidad sexual a lo largo de las tres etapas en este 2019, y lo variado de los géneros musicales sin favorecer uno en particular, Lollapalooza Chile en esta versión afianzó la diversidad bajo todo parámetro en un triunfo que hace bien para los amantes de la música.