Nicola Gobbo fue informante de la Policía australiana entre 1995 y 2009, época en que Melbourne libraba una guerra entre bandas criminales y narcotraficantes.
En la década de los ’90 Australia lidiaba con una guerra de bandas criminales y narcotraficantes que estaban llenando de sangre las calles de Melbourne.
La calma volvió a las calles solo cuando algunos de sus principales cabecillas fueron encarcelados. Sin embargo, decenas e inclusos cientos de estos criminales podrían quedar en libertad luego que se conociera que la abogada que los defendió era informante de la Policía.
Se trata de Nicola Gobbo, identificada como «Abogada X» e «Informadora 3838», quien fue reclutada por la Policía en 1995 luego de que sorprendida portando cannabis, anfetaminas y armas.
«Las condenas dictadas en los casos en los que Gobbo proporcionó sus servicios jurídicos, salvo en los que jugó un papel mínimo, casi seguro que serán anuladas», indicó Jeremy Gans, profesor de Derecho en la Universidad de Melbourne.
Según Graham Ashton, comisario de la Policía del Estado de Victoria, ellos actuaron de «buena fe» y defiende su proceder debido a que en esa época se estaba librando una guerra contra pandillas y narcotraficantes.
«Era una época peligrosa, desesperada», dijo Ashton en diciembre pasado, mes en que se dio a conocer una carta en que quedó al descubierto el doble rol que tenía la abogada.
Se estima que más de 300 personas terminaron tras las rejas gracias a la información proporcionada por Gobbo. Para Ruth Parker, abogada de otro de los afectados, el papel de abogada/informante es una «falta grave» y un ejemplo de «corrupción».
Gobbo colaboró con la Policía entre 1995 y 2009, donde se gastaron millones de dólares para mantener su identidad en el anonimato. Aunque la abogada puede acceder al programa de protección de testigos, decidió declinar, según dijo, porque perdió la confianza en la Policía.