En momentos donde el instrumento esencial para el rock no está de moda, el músico de Guns N’ Roses junto a su banda además de Cler Canifrú quién lo antecedió, siguen manteniendo vigente las seis cuerdas para la masividad.
Por Diego Puebla
Fotos: Miguel Fuentes, The Fanlab
Desde el 2018, hay un aspecto trascendental para el rockero que preocupa enormemente al mercado y a los amantes del instrumento esencial para la creación de esta música. Guitar Center fue el primero que mostró sus finanzas, rindiendo cuentas bastantes pesimistas sobre el futuro de las tiendas que venden el instrumento. Altas deudas bordeando los 1.600 millones de dólares preocupan en un presente donde las seis cuerdas, no van de la mano con el universo comercial de la música actual, donde a comienzos de este año se demostró que la venta de tornamesas superaba a las guitarras.
Otro aspecto similar es lo ocurrido con Gibson, su quiebra preocupó al mercado que finalmente realizó una alianza para seguir entregando al mundo el sonido característico que lo posicionó en 116 años de historia, como una de las marcas trascendentales. Desde Pappo a Jimmy Page, pasando por The Edge hasta John Fogerty son los afortunados en elegir este tipo de sonido para su ejecución.
Pero sin exagerar, hay un músico que masificó a tal punto la querida guitarra y esta firma en particular, que cuenta con su propio modelo personalizado (Gibson Slash Les Paul Appetite for Destruction). Slash, uno de los músicos rockeros más famosos de la cultura popular, sigue utilizando durante años esta herramienta sonora para comunicar en una faceta solista, que con su tercer disco regresa a Chile en un Teatro Caupolicán que por segunda vez lo recibe con los brazos abiertos.
La noche no comenzó con el crespo melenudo. Cler Canifrú más banda desde nuestro país, utilizó el cupo dejado por Coverheads quienes telonearían en la cita en Santiago, para finalmente desistir y dejar a la música mostrar su show cuando la mitad de la asistencia total ocupaba los asientos a disposición.
Con “Agénesis”, disco recién publicado bajo su brazo, Canifrú cerró un show de gran calidad promocionando el que sigue de “K9”, su primera apuesta discográfica. Con impecable ejecución, actitud y una voz que se ha pulido con el tiempo, Cler abrió una pequeña puerta hacia la escena local demostrando el enorme talento de las agrupaciones que cada semana realizan show de este nivel, preparados para telonear a quien sea. Acompañada de su fiel guitarra, quién la sostuvo desde sus apariciones en orquestas para televisión, siendo música de sesión y actualmente entregando su experiencia en bandas de la talla de Hijos de Algo, la artista finalmente instaló su espectáculo ante la aprobación inmediata de los asistentes en una pequeña medalla al mérito, persistencia y al buen trabajo plasmado en el show del pasado 10 de mayo.
Con puntualidad rigurosa sale del escenario el cuarteto, para la preparación de lo que sería Slash más el elogiado vocalista de Alter Bridge, Myles Kennedy y su banda The Conspirators. El escenario del Caupolicán lucía con mayor espacio, con un telón enorme a las espaldas que indicaba que el espectáculo estaba a punto de comenzar.
20:59 y las luces se apagaron para la llegada fugaz de la banda estadounidense. Vítores, gritos y manos arriba con los famosos cuernos recibían a los músicos que entregaron “The Call of the Wild” parte del disco “Living The Dream” que promocionan en la actual gira, para seguir con “Halo” de su anterior composición “Apocalyptic Love”. Con Myles Kennedy riendo y algo confundido por la cariñosa recepción de los chilenos, además de la falla de la parrilla de luces, el único problema de la noche que no empañó el normal desarrollo del concierto.
Prácticamente sin conversar con el público solo para los agradecimientos finales, el quinteto se despachó 22 canciones en dos horas y diez minutos de duración. Pasando por todo el catálogo de Slash que recorre sus discos solistas, lo lanzado junto a The Conspirators más la voz de Kennedy y en esta vez con solo un cover de sus ex’s bandas como fue “Nightrain” de Guns N’ Roses casi al final del catálogo entregado.
Con mayor introducción a su música, solos en cada canción como recurso lógico e incluso, uno de 10 minutos posterior a “Wicked Stone” mantuvo a cada alma en su posición en algo que no se logra fácilmente. La voz de Kennedy sobria, más contenida que de costumbre esboza para disfrutar y eso demostró durante la presentación completa.
Desde “We’re All Gonna Die” con el bajista Todd Kerns en la voz reemplazando a Iggy Pop, quien entrega su voz original para el primer disco de Slash solista quien lleva su nombre. A la dulce “Starlight”, pasando por el hit en EE.UU “You’ Are a Lie” de “Apocalyptic Love” (2012) hasta el bis de “Avalon” y “Anastasia” para despedirse, fundamentó un plato musical impecable en sonido y que decir de ejecución. En la visita más personal del pilar de Guns N’ Roses, donde solo sus canciones destacaron y llenaron un recinto a punta de singles más escondidos para la masividad, por la importancia que tuvo conjuntos como Velvet Revolver o los mismos Guns, pero eso no importó para deleitar a miles con su música propia.
En aquella noche de viernes, brillaron los músicos que ocupan el querido instrumento de cuerdas en momentos donde la actualidad lo deja bastante de lado. Pero en Chile se creó un momento atemporal y fascinante, logrando mostrar que siempre otra cosa es con guitarra…