El legendario dúo debutó en nuestro país con un set cargado de clásicos cantados por un repleto Movistar Arena.
Por Héctor Muñoz Tapia
Darryl Hall y John Oates llevan más de 45 años juntos como dúo en una carrera que desde Filadelfia al mundo a través de la radio FM ha conquistado los corazones de millones en el mundo. Su repertorio, a pesar de que los nombres de las canciones no te suenen a la primera, los conoces desde siempre y han musicalizado momentos de tu vida. Alguna fiesta, varias películas y un lugar ganado en el inconsciente colectivo a punta de melodías bien facturadas.
Eso era lo que se nos venía para la noche del sábado 8 de junio, fecha que quedará marcada en la historia como la primera vez en Chile de Hall & Oates, y el alcance del repertorio se voy reflejado en lo repleto que estaba el Movistar Arena para recibir al dúo, que antes de subir al escenario contó con la apertura de Pedropiedra, cantautor chileno que se ha ganado un espacio en el cancionero nacional, presentando un apropiado set con lo más selecto de su trayectoria como solista y anticipando un nuevo disco.
A las 21 en punto se apagaron las luces del recinto que ya tenía 12 mil asistentes, y la pantalla gigante del fondo del escenario apeló a la incombustible vigencia del catálogo de Hall & Oates. Una radio iba cambiando de sintonía y aparecían todos esos singles que han rankeado por décadas, y esta intro podría sonarnos a un anticipo del show que está comenzando. Tras la ubicación de la banda y una presentación que menciona su inducción al Salón de la Fama del Rock & Roll de 2014, Daryl Hall y John Oates suben al escenario para una impecable interpretación del hit “Maneater”, algo más baja que en el registro original, pero perfecta de todas maneras.
Ver avanzar la lista de canciones del concierto parece ver un disco de grandes éxitos de Hall & Oates. Tras el cover a “Family Man” de MIke Oldfield, se sucedieron con un oficio apabullante “Out Of Touch”, “Method Of Modern Love”, “Say It Isn’t So” y la sorpresa de la gira por Latinoamérica con “One On One”, todas con una banda robusta, y que los fanáticos pueden reconocer de inmediato como el grupo estable de “Live From Daryl’s House”, el programa que desde 2007 conduce el cantante invitando a músicos de todo el espectro de lo popular para conversar y tocar juntos en su estudio. Hay oficio sobre el escenario del Movistar Arena y fiesta para todos, menos para Hall. Desde el primer momento, el vocalista acusó problemas técnicos con su retorno, un inconveniente que arrastró por casi todo el concierto, quizás el detalle que hace de esta máquina arrolladora algo humano, vivo y orgánico.
De todas maneras, el desperfecto de sonido con los monitores para Hall no impidió que la banda, siempre liderada por John Oates a la guitarra y a cargo de que el conjunto se luzca cada segundo, desplegara lo mejor como si fuese un día más en la oficina. “It’s a Laugh” y el grandioso cover del clásico de The Righteous Brothers “You’ve Lost That Loving Feeling” dieron paso a “She’s Gone”, de aquellos días en que el sonido del soul de ojos azules se consolidaba hace ya más de 4 décadas. Se sobrevive gracias a la onda y el flujo tocando y descorchando ganchos a prueba de balas, y Hall & Oates lo demuestran con experiencia tocando y sellando set largo con “Sara Smile” e “Is It a Star” antes del broche con “I Can’t Go for That (No Can Do)”. Y todo pareció tan solo un suspiro.
Si el concierto hasta el momento era una celebración de la música que nos acompaña toda la vida, el bis sin pausa detonó una fiesta sin pausa con “Rich Girl”, “Kiss on My List” y “Private Eyes”. Ya no importaba que a estas alturas salía más de algún acople, esto había que cerrarlo con todo, y “You Make My Dreams” se encargó de ello. 15 canciones en poco más de una hora y media que se pasaron volando y que nos demuestran una vez más que las buenas canciones son invencibles. Como tan solo el dúo dinámico de Daryl Hall y John Oates podían hacerlo. ¿Hall & Oates en el Festival de Viña? Sería perfecto y un verdadero hito. Si no pasa, no importa. Tenemos el recuerdo de esta primera cita en Santiago, que se anota como uno de los grandes shows de este 2019.