La víctima estaba desaparecida desde el 28 de noviembre de 2009, cuando salió de la casa familiar tras una discusión con sus padres.
El hallazgo de restos humanos detrás de un refrigerador en un antiguo supermercado de la ciudad de Iowa, en Estados Unidos, permitió a la policía cerrar el caso de un joven que se encontraba desaparecido desde hace 10 años.
Los restos hallados en la tienda «No Frills en Council Bluffs», fueron identificados recientemente como los de Larry Ely Murillo-Moncada, un exempleado que había sido reportado como desaparecido el 28 de noviembre de 2009.
Los investigadores lograron determinar que se trataba del joven desparecido luego de hacer pruebas de ADN a los padres del fallecido, a lo que se sumó el reconocimiento de la ropa encontrada en las osamentas, que coincidían con las que llevaba al momento de ser reportado como perdido, explicó el capitán de la policía de Council Bluffs, Todd Weddum.
Los padres de Murillo-Moncada informaron que su hijo desapareció luego de salir corriendo de su casa tras una discusión familiar. Le dijeron a la policía en ese momento que estaba actuando de manera irracional, posiblemente debido a los medicamentos que estaba tomando, recoge CNN.
En ese entonces, los oficiales contactaron a miembros de la familia, otras agencias de fuerzas del orden, centros de detención cercanos e incluso a la Agencia de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos, ya que se temía que Larry podría haber abandonado el país y huido hasta Nicaragua, donde vivían sus abuelos.
La teoría de la policía es que Murillo-Moncada fue ese día al supermercado y se subió a los refrigeradores. El espacio se usaba como almacenamiento de mercancías y los empleados a veces iban a esconderse a ese lugar para tomar descansos en medio de la jornada.
Se cree que mientras tomaba una siesta cayó en la brecha de 45 centímetros entre la parte trasera del enfriador y una pared, donde quedó atrapado. En ese momento, especulan, el ruido que realizan los motores de los refrigeradores habría silenciado sus gritos para pedir ayuda, por lo que habría muerto después de un tiempo.
En la autopsia no se encontró signos de traumas provocados por terceras personas y el caso fue cerrado como una muerte accidental.