Los zapatos, por su contacto directo con el exterior, están siempre llenos de gérmenes y bacterias.
El caso más conocido es el de Japón, pero canadienses, indios, rusos, finlandeses, turcos, alemanes, chinos, indonesios y saudíes también lo hacen. En todos estos países existe la sana costumbre de dejar el calzado fuera del hogar y tú también deberías comenzar a hacerlo.
En Latinoamérica no tenemos esta costumbre, como tampoco en Estados Unidos, Australia, Italia o gran parte de África. Y la verdad es que en nuestra región y en todo el resto del mundo deberíamos hacer como japoneses, alemanes y saudíes.
Es que cada vez que entramos a nuestro hogar con los zapatos puestos estamos inundándola con millones de gérmenes. No solo arrastramos la suciedad, también llevamos restos de bacterias fecales que pueden provocar muchos tipos de enfermedades. La afirmación es clara: el calzado tiene más bacterias que un inodoro.
Un estudio de 2008 encontró una media de 421.000 gérmenes en el exterior de los zapatos analizados y 2.887 en su interior. Para el estudio, diez personas usaron zapatillas nuevas durante dos semanas antes de que se les tomaran muestras. Entre los microbios que encontraron estaba el E. coli, que puede causar infecciones intestinales y urinarias o diarrea, recoge El Confidencial.
Si no te convence, hay un par más de razones para dejar fuera el calzado cuando estás en casa. Andar descalzo también tiene un montón de beneficios para la salud: para la espalda, corrige el desequilibrio de los movimientos, ayuda a fortalecer los músculos, los huesos de los pies y los tobillos… Además, tiene también ventajas a nivel psicológico, ya que al caminar sin zapatillas se estimulan algunos puntos de energía beneficiosos para las emociones.