El inconformismo es uno de nuestros sellos como país y a muchos les hizo mal que la Roja ganara la Copa América dos veces. Nunca entendieron que eso fue una excepción y que ahora, después de un siglo sin triunfos y con el paso de los años, levantar copas no será una constante.
Por AS Chile
El inconformismo es uno de nuestros sellos como país y a muchos les hizo mal que la Roja ganara la Copa América dos veces. Nunca entendieron que eso fue una excepción y que ahora, después de un siglo sin triunfos y con el paso de los años, levantar copas no será una constante.
El siempre certero Jean Beausejour lo dijo con claridad: «Cuando en seis meses o un año aparece un jugador, es grandioso. En este caso aparecieron dos o tres y eso es lo normal. En muy pocas selecciones se encuentran ocho nuevos».
Una reflexión contundente que debiera ser la base para el futuro y que encaja de manera perfecta con nuestra realidad histórica. La aparición de Pulgar fue extraordinaria, seguramente se irá a un equipo de mayor trascendencia en Europa y, de no mediar nada extraño, para el camino a Qatar podría estar en un estatus de elite. Y ya vimos que con la Roja no destiñe.
Algo similar para Maripán. Es lento dicen algunos, no juega bien con la pelota, dicen otros, pero no hay que perder de vista que es defensa central, que mide 1,93 metros y que su principal fortaleza es el juego aéreo y la ubicación. No hay que ser tan románticos y pensar que los 11 deben ser habilidoso y salir jugando siempre.
Brilló en la liga española, en un equipo modesto, y todo indica que también dará el salto a un cuadro de mayor calidad en el Viejo Continente. Es decir, ya se ganaron dos jugadores nuevos en puestos clave. Ya pasaron el período de adaptación, no les pesa tomar responsabilidades y compiten en el primer nivel mundial.
Paulo Díaz es otro que tomará protagonismo. Su ductibilidad, tan de moda en el fútbol actual, le permite ocupar todos los puestos de la zaga y hacerlo de buena forma. Si ficha en River Plate elevará su nivel y retomará la ruta a la alta exigencia.
Ya van tres nuevos. Todos jóvenes y con un futuro prometedor. Ese número es alto. Somos Chile y quizá en 100 años más aparezca otra generación dorada y confluyan en un mismo equipo jugadores de la calidad de Isla, Medel, Vidal, Sánchez, Vargas o Aránguiz.
Y respecto al futuro, no hay que perder de vista que varios de los históricos seguirán en el primer nivel en los años venideros. Esto no es matemáticas, pero de aquí a Qatar 2022, el objetivo por el que trajeron a Reinaldo Rueda, al menos aparecerán otros tres o cuatro jugadores de nivel. ¿Pocos? Mejor hagamos un repaso de nuestra realidad para determinar si ese número es suficiente o no.
Tal vez la gran tarea pendiente sea la del arquero. Arias no cumplió con las expectativas y Cortés debe afianzarse en Colo Colo. ¿Bravo? Su vuelta es cada vez más difícil, sobre todo si sigue hablando de una posible vuelta al plantel tras cada derrota y con un tono soberbio que no ayuda en nada.