El director no dejará las películas, a pesar de las acusaciones de abuso sexual.
Woody Allen aseguró que no piensa retirarse, pese la negativa que existe en Estados Unidos para distribuir sus películas y publicar sus memorias por las acusaciones de abuso sexual por parte de su hija adoptiva Dylan Farrow.
«No he pensado en jubilarme, nunca. Mi filosofía siempre ha sido que no importa lo que ocurra en la vida. Solo me centro en trabajar. Quizás me muera en un plató, rodando», dijo durante una conferencia de prensa para hablar de su próxima película, la que filmará en San Sebastián, en España.
Al ser consultado por el movimiento #MeToo, el realizado dijo que no piensa «en movimientos políticos y sociales».
«No estoy equipado mentalmente para tener una visión profunda de esos conflictos. Yo hablo de relaciones humanas, de la gente, de la comedia», afirmó.