Se trata de una escultura del artista local Ronnie Van Hout, la que no fue bien recibida por la comunidad.
Las obras de arte que son concebidas para convertirse en instalaciones en la ciudad rara vez pasan desapercibidas. Por lo general, los creadores pretenden interpelar a los transeúntes, que se hagan preguntas, que se pregunten de qué se trata aquello que ha aparecido de repente en un lugar público.
Eso es lo que seguramente quería conseguir el artista neozelandés Ronnie Van Hout con una de sus esculturas, la que fue instalada en lo alto de la Christchurch Art Gallery, en la ciudad de Christchurch, Nueva Zelanda. La reacción de la comunidad fue de temor ante la instalación.
La obra es una mano de 5 metros de altura que tiene una cara humana en la palma. La escultura se llama Quasi y a muchos el rostro que posee les recuerda al presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Fue colocada en lo alto de la galería con motivo del terremoto que sacudió la Isla Sur de Nueva Zelanda en 2011.
Pero la estatua no permaneció en este lugar durante mucho tiempo: los habitantes neozelandeses publicaron un manifiesto en un medio local, donde explicaron «las diez razones por las que Quasi debe irse»: la obra, de 400 kilos, debía trasladarse a otro lugar, recoge 20 Minutos.
Así, la ‘temida’ estructura se movió a la ciudad de Wellington, con la esperanza de ser aceptada en este nuevo lugar. Pero, a pesar de que su emplazamiento esté previsto para tres años, los habitantes de la capital neozelandesa también rechazan la estructura, expresando su descontento en redes sociales.
Desde la galería de arte defienden que «la mano híbrida gigante se basa en escaneos de las propias partes del cuerpo del artista» y que su nombre hace un guiño a Quasimodo, «el compañero deformado en la novela de 1831 de Victor Hugo, El jorobado de Notre-Dame. Deforme e incomprendido, fue odiado por la gente pero finalmente los salvó. A pesar de su fealdad, resultó ser un gran héroe trágico-romántico, un alma hermosa».
Van Hout es el autor de otras esculturas, como la denominada Boy Walking, situada en el Potters Park de Auckland, también en Nueva Zelanda; o Severed Head, Bananaman o Endgame, en la Station Gallery, Canadá.