El derroche de la comida representa el 10% del total del efecto invernadero.
La crisis climática que amenaza a la humanidad ya no solamente se trata del calentamiento global y sus efectos en las temperaturas. La velocidad con que avanza la degradación de los recursos naturales alerta sobre medidas urgentes. «No hay una solución que pase por reducir los gases de un solo sector”, explica Eduardo Buendía, el cotitular del IPCC, el panel internacional de expertos que asesoran a la ONU.
Los científicos advierten que no será suficiente reducir o suprimir en el sector energético los gases de efecto invernadero, sino que se requieren transformaciones en otras zonas como la producción de alimentos, la gestión de la tierra y en las dietas. El informe especial sobre cambio climático y tierra del IPCC analiza la necesidad de cambios para combatir la deforestación, la desertización y el derroche.
Los expertos dan cuenta que el desperdicio de alimentos es responsable entre el 8% y el 10% de las emisiones de efecto invernadero que genera el ser humano, mientras que el 25% y el 30% de los alimentos producidos se desperdicia. El IPCC valora las «dietas equilibradas» con alimentos de origen vegetal, como cereales, legumbres, frutas y verduras, además de origen animal producidos con bajas emisiones.
La científica Debra Roberts aclara que «algunas opciones dietéticas requieren más tierra y agua y provocan más emisiones de gases». En octubre de 2018 el IPCC advertía que el ser humano se quedaba sin tiempo para cumplir con la meta del incremento debajo de los 2° centígrados respecto a fines del Siglo XIX, y en lo posible bajo 1,5°. El informe pedía una reducción de gases sin precedentes en muy poco tiempo.
El estudio recalca que desde mediados del pasado siglo el consumo per cápita de grasas vegetales, carnes y calorías se disparó. Ese cambio generó que en el mundo vivan 2.000 millones de personas con obesidad o sobrepeso. El informe precisa que 23% de los gases de efecto invernadero que expulsa el hombre vienen de la agricultura, la silvicultura y el uso de la tierra. Si se añade la producción de alimentos llegaría a 37%.