El hombre invirtió 35.000 dólares en los mejores equipos y tiene al adolescente practicando entre 10 y 14 horas al día frente a una pantalla.
De seguro pocos padres pensarían en retirar a sus hijos del colegio para que se dediquen a jugar videojuegos. Pero esos padres no son David Herzog, un hombre de 49 años que sacó a su hijo de la escuela para que lo haga millonario jugando Fortnite.
Cuando su hijo Jordan tenía 15 años, David lo retiró del instituto e invirtió cerca de 35.000 dólares en el mejor equipo informático y accesorios «que el dinero puede comprar», empujado por la codicia de la fiebre del oro de los e-sports. Un gasto que este padre acompañó imponiendo una espartana y atípica rutina para su hijo adolescente.
De 12:00 a 14:00 Jordan se sienta frente al computador para hacer unos cursos online con los que busca sustituir a la escolarización presencial. Al terminar estas obligaciones, da un paseo a su perro. Tras una hora de juego ligero que utiliza como calentamiento, se pone en plan serio y comienza a participar en torneos y partidas competitivas que se prolongan entre 10 y 14 horas. Una vez que termina con Fortnite, se va a dormir y lo repite al día siguiente.
Jordan se alimenta frente a la pantalla con un plato que su padre deja junto a al computador. El joven permanece pegado a su silla mientras que el resto de su familia -su padre, la nueva esposa de su progenitor y su hermana- disfrutan juntos de la cena en el comedor y se entretienen viendo la televisión.
Este adolescente tampoco tiene amigos en su entorno y solo se relaciona con otros jóvenes que participan en estas competiciones a través del computador. «Los amigos vienen y van pero ésta puede ser mi carrera y todo mi futuro», explicó el joven en una entrevista con el Boston Globe.
Pero el aislamiento de Jordan no es idea suya. Como si de un deportista de élite se tratase, su padre ha diseñado y planificado cuidadosamente su vida a lo largo de los últimos años para alejarle de distracciones e influencias externas.
David afirma ser consciente de esta situación y justifica el hecho de que su hijo vaya a perderse «las interacciones sociales de las que gente como tú y yo hemos disfrutado» porque «se encuentra en un gran momento que debemos aprovechar».
La motivación es clara: «Ganar el suficiente dinero para no tener que trabajar durante la mayor parte de mi vida», reconoció el adolescente. Sin embargo, la inversión de David para hacer multimillonario a su hijo no parece estar dando sus frutos. El joven apenas ha doblado la inversión inicial y se encuentra en el puesto 20.600 del ránking de Fortnite, lo que difícilmente lo convertirá en un magnate.