“Lo que hago es meterme en la ducha para mojarme y después me abalanzo sobre ellos, completamente empapada”, dice la actriz de 52 años.
Pamela Anderson saltó a la fama y se convirtió en un símbolo sexual tras su participación en la serie “Baywatch”, en la que participó entre 1992 y 1997.
Muchos recuerdan a la rubia trotando por la playa vistiendo el ya clásico traje de baño rojo junto al salvavidas naranjo. A más de 20 años de su salida de la popular serie de televisión, la actriz de 52 años reveló que aún sigue usando el traje de baño en sus citas.
“Lo que hago es meterme en la ducha para mojarme y después me abalanzo sobre ellos, completamente empapada, sin importar en qué habitación de la casa estén”, señaló en una entrevista con The New York Times, donde comentó su particular método de seducción.
Anderson señala que el encanto que tenía el traje no se deben precisamente a sus atributos físicos sino porque el traje de baño era su “pequeño tamaño”.
“A veces la gente me pide que les firme sus trajes de baño y siempre son demasiado grandes. Trato de explicarles que si el mío me quedaba tan bien, era porque se trataba de una talla diminuta y gracias a eso la tela se estiraba y se ajustaba a la perfección a mi cuerpo”, comentó Anderson.