Con motivo del estreno de su película ‘Ad Astra’, el actor conversó con Nick Hague, de la Estación Espacial Internacional, sobre la gravedad, los turnos o la música en el espacio.
Por ElPais.com
«¿Quién lo hizo mejor, Clooney o yo?», le preguntaba en broma el actor Brad Pitt al astronauta de la Estación Espacial Internacional Nick Hague el pasado lunes en una videoconferencia durante la que compartieron anécdotas, antes del estreno el próximo viernes de la película Ad Astra en la que el intérprete es protagonista.
Ante la cuestión, Hague se río y aseguró, desde la Estación Espacial Internacional (EEI), que Pitt lo hizo mejor, puesto que los astronautas de la Estación pudieron disfrutar de un preestreno especial de Ad Astra hace una semanas en el espacio. Clooney, amigo íntimo de Pitt, protagonizó en 2013 el filme sobre el espacio Gravity, del director Alfonso Cuarón.
Durante su conversación, de unos 20 minutos de duración, Hague recordó que tuvieron ocasión de ver Ad Astra antes de su estreno y agradeció a Pitt el hecho de «mantener la atención sobre el espacio, algo que inspira a futuras generaciones acerca de esta exploración». «Los niños que hoy ven estas películas son los que nos impulsarán hacia el futuro», añadió el astronauta.
El actor entonces bromeó: «Me parece que nuestra nave en la película está un poco más limpia y ordenada ¿Sabe qué es todo eso que tiene alrededor?». Hague admitió que en el interior de la EEI «todo cuelga de las paredes». «Es un poco desordenado, pero sí sabemos dónde está cada cosa», subrayó el astronauta, quien explicó diferentes experimentos científicos que se llevan a cabo en la Estación, incluido uno en el que la ausencia de gravedad permite el estudio de qué ocurre dentro de una llama, lo que ayudará a «hacer motores de combustión más limpios».
En la conversación, Pitt se centró en las consecuencias inesperadas de vivir sin gravedad. «Las callosidades de mis pies básicamente han desaparecido porque ya no camino sobre las plantas de los pies», explicó Hague, que ocupa actualmente la Estación Espacial Internacional (ISS), con otros dos astronautas estadounidenses, dos rusos y un italiano.
«Pero tengo callos en la parte superior del pie, en el dedo gordo, porque constantemente me aferro a las cosas con el dedo gordo», contó Hague. «Es una de las muchas cosas extrañas en las que no piensas en la Tierra». «Es increíble», respondió Pitt, que también quiso saber quién ponía la música en la Estación. «Rotamos», contestó él.
Por otro lado, Pitt preguntó si en el momento de la conversación era de día o de noche para los tripulantes de la EEI y cómo se organizaban las horas de trabajo. Hague señaló que los astronautas usan diversos métodos para manejar los ciclos circadianos, incluidas luces diferentes, y añadió que todas las operaciones toman como referencia la hora universal o de Greenwich.
«Tenemos una jornada de trabajo de 13 horas diarias y un turno nocturno que comprende un enorme equipo de gente en tierra que maneja lo que ocurre en la estación», continuó Hague. «Esto requiere de una orquestación asombrosa de un programa internacional, porque esto es algo que no podemos hacer solos», explicó. «La diversidad es lo que nos fortalece para haber podido operar esta estación durante dos décadas».
En Ad Astra, dirigida por James Gray, Pitt interpreta al astronauta Roy McBride, quien emprende una misión a través del Sistema Solar para descubrir la verdad acerca de su padre perdido y su malograda misión, que 30 años más tarde amenaza al Universo. La misión de McBride comprende una travesía mucho más larga en tiempo y distancias, que la que cumplen los astronautas en la EEI, un complejo que orbita alrededor de la Tierra a 27.300 kilómetros por hora.
A cuestiones de Pitt acerca de la familia de los astronautas, Hague reconoció que,»‘por supuesto, estar lejos de la familia y los amigos es un reto». «Un lujo de la órbita baja es la cantidad de conexiones, llamadas telefónicas, las videoconferencias durante los fines de semana con mis hijos, que me permiten ser parte de sus vidas en tierra», agregó.
«Me imagino que estando allí hay una percepción de cuán insignificantes somos [los humanos] en el gran esquema del Universo», comentó Pitt. «Es algo muy especial», contestó Hague. «Ves la Tierra allí abajo, puedes ver los campos de plantaciones en Kansas, en Misuri. Puedes ver la Humanidad en un vuelo de ocho kilómetros por segundo. Estás lejos de la Tierra, puedes ver la Luna elevándose sobre su horizonte», reflexionaba el astronauta. «Es una perspectiva que te desafía. Toda la Humanidad allí… Te da una percepción enorme de cuán grande es el Universo, y cuán delicada y preciosa es esta isla en la que vivimos».