Está justo debajo del viejo continente y nunca antes su historia se había logrado reconstruir con tanta precisión.
La ciencia no para de sorprender sobre los misterios que esconde el planeta. Esta vez trata de el “Gran Adria”, un continente perdido debajo de Europa y del que se tenía muy poca información.
Aunque hoy los únicos restos visibles de Gran Adria son las calizas y rocas en las cadenas montañosas del sur de Europa, un grupo de investigadores del Gondwana Research publicó un estudio que reveló que todo comenzó cuando las rocas se formaron como sedimentos marinos para luego ser raspadas de la superficie y elevadas a sus posiciones actuales gracias a las colisiones de las placas tectónicas.
“La mayoría de las cadenas de montañas que investigamos se originaron en un solo continente que se separó del norte de África hace más de 200 millones de años”, indicó Douwe van Hinsbergen, investigador principal y geólogo de la Universidad de Utrecht en Holanda.
La gran parte de este continente se encuentra sepultado bajo el sur de Europa. La parte faltante se ubica desde Turín hasta el talón de la bota formada por Italia, cruzando el mar Adriático.
Los expertos creen que Gran Adria experimentó una existencia violenta y que era parte del supercontinente de Gondwana, que abarcaba lo que hoy es África, América del Sur, Australia, la Antártida, el subcontinente indio y la Península Arábiga.
Hace 140 millones de años, el continente tenía el tamaño de Groenlandia hasta que, hace 100 o 120 millones de años, la masa de tierra colisionó con lo que hoy conocemos como Europa. La presión fue suficiente para destrozar la corteza y enterar el continente bajo capas del manto terrestre a más de 1.500 km bajo la superficie.
“La placa de la que este continente era parte tenía cerca de 100 km de grosor, y solo los primeros 5 km quedaron en la superficie…El resto descendió hacia el manto, donde puede ser detectado con ondas sísmicas, con una técnica que se llama tomografía sísmica”, explicó Van Hinsbergen a BBC Mundo.
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