«La única manera de ser políticamente correcto en términos medioambientales es no comprar más ropa nueva», dicen en Suecia.
Desde que Greta Thunberg apareció en la esfera pública confrontando a los políticos para que tomen medidas para salvar el planeta, la preocupación por el medio ambiente se volvió un tema para los suecos. Tanto así que surgió una nueva tendencia: «la vergüenza de comprar».
«Hoy en día, pocos suecos aparecen en las redes sociales haciendo alarde de sus compras, y la preocupación por el medio ambiente está creciendo. El köpskam (vergüenza de comprar) es la nueva tendencia», señala el periódico sueco Svenska Dagbladet.
El «köpskam» es otro neologismo del vocabulario medioambiental sueco. Además de «flygskam» (la vergüenza de volar), que denota una preocupación ética por utilizar medios de transporte menos contaminantes, Suecia también habla de «tågskryt» («orgullo de viajar en tren»). Para los que viajan en avión pero ya se sienten incómodos de admitirlo, la palabra es «smygflyga», que significa «volar clandestinamente».
«La única manera de ser políticamente correcto en términos de medio ambiente es no comprar más ropa nueva», sostiene el autor Fredrik Virtanen. «No se puede ser seguidor de Greta Thunberg y al mismo tiempo comprar lo último en la industria de la moda», agrega.
Por eso, en Suecia ahora la compra de ropa vintage en tiendas de segunda mano es la nueva moda. «Comprar en tiendas de segunda mano ha adquirido un estatus mucho más alto», afirma Jonas Arnberg, del instituto de investigación comercial HUI Research.
«Lo mejor que se puede hacer para comprar ropa de manera sostenible es ir en bicicleta a la tienda de segunda mano», apunta Malin Wennberg; de Mistra Future Fashion, uno de los programas de investigación de moda sostenible más grandes del mundo, publica Radio Francia Internacional.
Es que la industria de la moda se ha vuelto insostenible: según un informe reciente de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), la producción de un solo par de pantalones requiere unos 7.500 litros de agua, lo que equivale a la cantidad que una persona bebe en promedio en un período de siete años.
La UNCTAD señala que, además de producir más emisiones contaminantes que el tráfico aéreo y marítimo, la industria de la moda utiliza unos 93.000 millones de metros cúbicos de agua al año, cantidad suficiente para satisfacer las necesidades de cinco millones de personas. Al mismo tiempo, 500.000 toneladas de microfibra, equivalentes a tres millones de barriles de petróleo, son arrojadas al océano anualmente.