De todos, es el que mejor entiende y procesa el juego.
Por Pablo Ortega, As.com
Reinaldo Rueda adusta el ceño cuando le preguntan por el tema. El DT colombiano es de formas amables y respetuosas y la contrariedad que le generan algunas consultas corrientemente la exterioriza con esa señal en su rostro.
Así reaccionó al ser interpelado sobre la forma para definir la capitanía de la Roja en esta pasada contra Argentina y Honduras. Gary Medel, su elegido para llevar la jineta, está fuera de la convocatoria y ahora en el plantel se encuentra Claudio Bravo, tras su regreso a la portería. Sin embargo, el entrenador de Chile fue categórico: ‘El capitán lo elijo yo».
En esta ocasión, el arquero del Manchester City se manejó bien. Le allanó el camino al DT cuando llegó a Los Ángeles, Estados Unidos, para el amistoso de este jueves. Bravo dijo que no tenía ningún problema si no volvía a ser el capitán del equipo. Un inconveniente menos para Rueda, porque lo dejó con total margen de acción para designar a quien él estime conveniente.
Con este escenario, el principal aspirante a portar la jineta es Alexis Sánchez. De hecho, en la Copa América de Brasil, cuando Medel tuvo que dejar la cancha, como capitán quedó el tocopillano, con Arturo Vidal también fuera del equipo. Qué duda cabe: le sobra peso en el equipo para liderar al plantel. Pero su capitanía tiene un sentido más simbólico que real.
Su conducción transita esencialmente por el plano futbolístico. En Brasil cumplió una Copa América que fue de más a menos y se marchó lesionado a los pocos minutos en el partido por el tercer puesto contra Argentina. De todos modos, su aporte en el juego de la Roja no admite cuestionamientos. Es un líder con el balón, pero el capitán debe aportar algo más.
Alexis está abocado a recuperar su nivel de juego. Claro, los italinos del Inter están todos maravillados con su fichaje, pero deberá rendir inmediatamente en el Calcio. Su prestigio en Europa no resiste otra temporada decepcionante. Rueda, déjelo tranquilo, no le dé más responsabilidades, por favor. Que Sánchez se concentre solo en volver a jugar como antes, que esté únicamente preocupado de la ‘pelotita’.
La jineta en esta pasada debe ser para Charles Aránguiz, el conductor de facto de la Selección. De todos, es el que mejor entiende y procesa el juego. En la cancha, está donde debe estar, realiza lo que hay que hacer y personal y socialmente transmite seguridad, templanza y claridad.
Ya se hizo un nombre en la Bundesliga. No anda con la preocupación de tener que mostrar que sigue siendo un gran jugador, lo que en todo caso no lo hace bajar la guardia en el Leverkusen. Exhibe también una trayectoria distinguida en la Roja y encarna lo que se espera de un conductor en el terreno de juego: actitud inquebrantable por situar al equipo por delante de sí mismo.