La vida del intérprete es un compendio de adversidades que arrancaron nada más nacer y que influyeron de forma decisiva en su predilección por los personajes torturados y excesivos.
Por ElPais.com
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/ Nacido en la pobreza y criado en una secta sexual – “La razón por la que es tan bueno dando vida a personajes traumatizados es porque él también lo estuvo”. Así confesaba un productor de cine en Page Six de dónde procedía el talento innato de Joaquin Phoenix para interpretar a personajes tan torturados como el reciente Joker. No le falta razón. La vida del intérprete es un compendio de tragedias de difícil asimilación que arrancaron nada más nacer, en el seno de una familia de hippies evangelizadores que viajaban a lo largo de Estados Unidos y Sudamérica. Los Phoenix formaban parte de la secta Niños de Dios, que bajo su mensaje de revolución espiritual y defensa del amor libre escondía la incitación a la prostitución entre los integrantes o con motivos de captación de nuevos miembros. Cuando Joaquin llegó al mundo, sus padres pedían dinero para poder comer y sus hermanos mayores pasaban el día actuando en las calles de San Juan, Puerto Rico, en lugar de ir al colegio. El culto también toleró la corrupción de menores y el abuso sexual. River Phoenix, futura estrella de la meca del cine, confesó que había perdido la virginidad a los cuatro años. “Las sectas pocas veces se anuncian como tal. Suelen anunciarse como ‘somos gente que piensa como tú, somos una comunidad’, pero en el momento en el que mis padres se dieron cuenta de que había algo más se marcharon”, declaró el protagonista de Her. Otra célebre actriz, Rose McGowan, también creció en el seno de la organización que fue disuelta en 1978.
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/ Los Phoenix, niños prodigio – La familia huyó de Puerto Rico escondida en un barco de cargamento. Cuando llegaron a Los Ángeles, los padres, John y Arlyn, decidieron no escolarizar a sus hijos y buscarles una carrera en Hollywood. River y Joaquin comenzaron a trabajar como actores con solo ocho años, así como sus hermanas Liberty y Summer. John tenía una fuerte adicción al alcohol y un adolescente River Phoenix, que no tardaría en despuntar en la industria, fue quien se hizo cargo de la manutención de la familia. Joaquin, con 13 años, se confesaba así frente a las cámaras de televisión sobre su insólita infancia: “A veces echamos de menos tener una infancia normal. Cuando vamos a un sitio nuevo conocemos a gente nueva, pero luego tenemos que despedirnos de ellos otra vez”. En la imagen, junto a Angela Lansbury.
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/ Muerte de River – El hermano mayor ya era una estrella indiscutible de Hollywood a los 23 años. Con filmes como Cuenta conmigo, Indiana Jones y la última cruzada o Mi Idaho privado había conseguido una nominación al Oscar, una Copa Volpi, forrar las carpetas de hordas de adolescentes y liderar a una nueva generación de intérpretes. Su muerte por sobredosis la noche del 31 de octubre de 1993 en The Viper Room, el local propiedad de Johnny Depp al que había acudido para tocar en directo –su gran pasión era la música– junto a Flea de los Red Hot Chili Peppers, conmocionó a la sociedad de la época. Joaquin, que por entonces tenía 19 años, fue quien hizo la llamada al 911 mientras Rain intentaba reanimarlo sin éxito. Cada 31 de octubre, The Viper Club cierra sus puertas en homenaje al malogrado actor.
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/ Adicción al alcohol – En 2005, pocas semanas después de terminar el rodaje de En la cuerda floja, Phoenix ingresó en un centro de rehabilitación. El actor reconoció que fue durante el proceso de grabación –la película incluye varias escenas que muestran a un Johnny Cash adicto la bebida– cuando se dio cuenta de que dependía del consumo de alcohol para encontrarse bien. “Yo me veía como un hedonista, era un actor en Hollywood que quería pasar un buen rato. Pero estaba siendo un idiota, yendo por ahí, bebiendo, tratando de joder a la gente y entrando en clubs estúpidos”, reconoció en The New York Times.
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/ I’m still here – El falso documental perpetrado junto a Casey Affleck supone un hito excéntrico en la meca del cine. Con la –fallida– intención de mostrar el lado más oscuro de lo que supone ser una estrella del séptimo arte, Phoenix se sometió a un deterioro físico, mental y de reputación inigualables, apareciendo ante la cámara como un auténtico chiflado cuyo verdadero sueño era ser rapero. Lo vimos esnifar droga, mantener –supuesto– sexo con prostitutas y servir como retrete humano, en una interpretación que sí, consiguió engañar a Hollywood, pero que dejó más incertidumbre que certezas sobre la salud mental de sus responsables. Su chanante entrevista con David Letterman ya es uno de los grandes momentos de la cultura pop.
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/ Casey Affleck y las acusaciones de acoso sexual – El ganador del Oscar por Manchester frente al mar y Joaquin Phoenix son amigos desde la adolescencia, cuando coincidieron en el rodaje de Todo por un sueño de Gus Van Sant. Ambos compartieron apartamento en Nueva York y tatuaje a juego, e incluso Affleck se convirtió después en su cuñado al casarse con su hermana Summer (se divorciaron en 2017). Juntos perpetraron el documental I’m still here, protagonizaron las mayores fiestas jamás vistas en la meca del cine –con permiso de Leonardo DiCaprio– y llevaron su camaradería a extremos delictivos. La productora y la directora de fotografía del falso documental denunciaron a Affleck por acoso sexual y agresiones verbales durante el rodaje, con Phoenix como supuesto testigo silente de los hechos. Aunque el actor y cineasta rechazó tajantemente las acusaciones, terminó llegando a un acuerdo millonario con ambas mujeres para evitar ir a juicio. Phoenix asegura hoy que hace “tres o cuatro años” que no habla con el que fuera su más cercano colega.
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/ Pérdida de íntimos amigos – Joaquin Phoenix ha tenido que lamentar el fallecimiento por culpa de las drogas de dos de sus más cercanos y talentosos amigos y compañeros de generación: Heath Ledger y Philip Seymour-Hoffman. Este último, que coincidió con Phoenix en el rodaje de The Master, afirmó que con su compañero de reparto había sentido una química difícilmente explicable y él fue una de las pocas caras conocidas en el funeral del actor de Capote. A Ledger, con el que ahora comparte también el payaso antagonista para la posteridad, le unía una gran amistad desde sus inicios en la industria. En Joker se esconden varios homenajes al añorado intérprete australiano.
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/ Destrucción y lesiones en plató – Cuando a Paul Thomas Anderson, director de The Master, le preguntaron si durante el rodaje había temido alguna vez por la salud de Joaquin Phoenix, no pudo ser más contundente: “Sí, muchas veces”. El de Puerto Rico se metió tanto en el personaje del vagabundo que se introduce en una organización inspirada en la Iglesia de la Cienciología que se lesionó a sí mismo y destruyó varios sets por lo pasional de su interpretación. “Creo que hubo varias oportunidades en las que pudo hacerse daño y se lo hizo. Pero eso es un poco lo que quieres (como director), siempre dentro de la razón”, añadió Anderson.
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/ Maltrato al equipo técnico y a los extras – Ser un actor de método implica una serie de sacrificios que rozan la locura, y que muy pocos están dispuestos a asumir en el Hollywood actual. Phoenix es uno de ellos. El intérprete no ha dudado en perder y ganar grandes cantidades de peso para según qué papeles, pasearse con una espada real a todas horas en Gladiator, pasarse meses en silla de ruedas para interpretar a un parapléjico o trabajar en una estación real de Baltimore para dar vida a un bombero. En Joker solía huir en mitad de una escena, sin explicación mediante, si no se sentía suficientemente convencido e incluso se ha publicado un vídeo en el que insulta al director de fotografía del filme por distraerle. Durante las escenas grabadas en la cárcel de En la cuerda floja, Phoenix exigió que el equipo técnico tratara a los figurantes como verdaderos presos. Impidió que les permitieran comer, beber o ir al baño durante el rodaje de una secuencia para crear la atmósfera de tensión requerida.
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/ Enfrentamientos con compañeros de reparto – Los modos extremos de Phoenix no siempre son bien entendidos por todos los que le rodean. El mayor y cuestionable logro de I’m still here fue eclipsar a la que seguro es una de las mejores películas de Joaquin Phoenix, Two lovers. Imbuido en su traje autodestructivo, el intérprete decidió boicotear toda la promoción del drama coprotagonizado por Gwyneth Paltrow para usarlo como material del documental. “Si lo que hice afectó de manera negativa al filme, me siento fatal”, se disculpó después el actor. A sus roces con Ridley Scott en el plató de Gladiator se le han unido recientemente los mantenidos con Robert de Niro en el set de Joker. Phoenix estaba tan encerrado en su personaje que asegura que no llegó a establecer contacto social con el que es “su actor favorito de todos los tiempos”. Según añadió el director, Todd Phillips, ambos intérpretes también se enfrentaron a la hora de ensayar o no los diálogos antes del rodaje. Spoiler: ganó De Niro.