Por Jorge I. Lagás
Visita ilustre tendremos en los próximos días en Santiago: Billy Sheehan, uno de los mejores bajistas del mundo, regresa a nuestro país para dar una clase magistral del instrumento y además compartir su música en vivo, en dos fechas: martes 29 de octubre en Quilpué (Terraza Trotamundos) y miércoles 30 de octubre en Santiago (Sala Metrónomo), ambas con entradas en Puntoticket.
Hablamos con él antes de este encuentro:
-Billy, un gusto tenerte nuevamente por acá.
-Para mí también. Me encanta Chile, he ido varias veces y uno de mis mejores recuerdos es cuando grabamos un DVD en vivo con The Winery Dogs. Así que estoy con muchas ganas de volver.
-Tendrás otra ocasión de compartir con seguidores locales, poder enseñar, escuchar preguntas e intercambiar ideas en torno a la música. ¿Qué tan bueno es para ti tener este tipo de citas?
-Lo amo. Es la oportunidad de hablar con otras personas que tocan, gente joven, a veces principiantes, a veces avezados. Y hablamos de muchas cosas, no sólo del bajo: música, composición, grabaciones, giras, recorrer el mundo, historias de las bandas donde he estado, los discos que me ha tocado hacer. Es muy entretenido. No sólo es algo educacional. Muestro todo lo que hago y me hace feliz compartirlo con otra gente. Me considero un afortunado dentro de la industria así que hay que hacer algo bueno con eso.
-Seguramente te recuerda cuando tú eras un principiante y seguías lo que te podían enseñar tus ídolos.
-Me gustaría poder haber ido a una clínica de bajo, la verdad es que nunca fui a una cuando joven. Y después cuando ya estaba haciéndolas yo, recuerdo que la primera que hice fue en Pittsburgh, Pensilvania, y había un chico en la audiencia, su nombre era Paul Gilbert.
-Jajaja, lo que son las cosas. ¿Te pasa que al final terminas aprendiendo algo nuevo tú también, en cada clínica?
-De hecho, en las clínicas aprendo yo más que la gente que asiste. Porque al tratar de explicar cosas, primero tengo que entenderlas. Y muchas veces no tengo una idea clara de lo que estoy haciendo, sólo lo hago. Esto me ayuda a entender mejor lo que yo mismo estoy haciendo. Eso pasa cuando me preguntan “¿cómo haces tal cosa?” y la verdad es que no sé, sólo me sale, así que es momento de “ok, descubrámoslo”, jajaja. Eso pasa en cada clínica, y a veces de gente muy principiante. Esa gente suele tener puntos de vista interesantes, completamente nuevos, y uno que lleva décadas tocando viene a aprender de eso también.
-Buenísimo. ¿Con qué disposición hay que ir a este encuentro?
-Con todas las preguntas que tengan, listos para entender un poco de la música, hay mucha diversión, mucha risa, se pasa bien. Y hay hartas historias. No sólo del bajo, sino de todo lo relacionado a la música. No importa con qué instrumento estén familiarizados, sea guitarra, bajo, batería, teclados, vientos, siempre encontrarán algo interesante. Y es muy inspirador. Una de mis metas es inspirar a la gente, que salgan con un poco más de energía haciendo las cosas mejor.
-También tocas música, ¿no?
-Sí, haremos algunas canciones, junto a algunos músicos locales. Sólo para divertirnos. Habrá muchas canciones que he hecho en mi carrera, como “Shy boy” (David Lee Roth), “Oblivion” (The Winery Dogs) o de Sons of Apollo.
-A propósito, ¿en qué está The Winery Dogs? ¿Habrá actividad pronto?
-Sí, nos pondremos a escribir canciones en los próximos meses. También ahora mismo estamos terminando un nuevo disco con Sons of Apollo y acaba de salir un álbum en vivo en Bulgaria, con orquesta sinfónico. Y además estoy colaborando en varias cosas con otros artistas, hay harto trabajo.
-¿Y con Mr. Big, habrá más actividad o definitivamente no van más, tras la muerte de Pat Torpey?
-No sé cuál será el futuro, tenemos que hablarlo. Seguramente el próximo año zanjaremos eso. No hay planes por el momento.
Lo que sí está claro es su llegada a Chile para estas dos clínicas. Recuerden que las entradas están en Puntoticket.