Por Jorge I. Lagás
Por partida triple vuelve a nuestro país la cantante Durga McBroom, que fue la voz femenina de Pink Floyd entre 1987 y 1994. Su trabajo se puede escuchar en el disco “Delicate sound of thunder” (en vivo), “The division bell” y “Pulse” (en vivo). Va a estar tocando todas esas canciones junto a la banda local Brain Damage en tres fechas: 16 de octubre en Santiago, Teatro Cariola; 17 de octubre en Concepción, Suractivo; 19 de octubre en La Serena, Espacio Peñuelas.
En la espera por esa experiencia, le preguntamos algunas cosas:
-Durga, danos los primeros conceptos antes de traer tu humanidad a este suelo, ¿cómo es el show que podemos esperar esta vez?
-Es primera vez que trabajo con esta banda así que estoy muy entusiasmada, pondremos en escena la música de Pink Floyd que la gente ama, ja. Es un buen show, con una muy buena banda.
-Entrando en materia de tu relación con Pink Floyd, ¿qué significa para ti haber trabajado con uno de los grupos más importantes del planeta?
-Me siento muy afortunada y bendecida. Con Pink Floyd tuve la primera gira de mi carrera, nunca antes había salido de gira con ningún artista antes de eso. Así que comencé en la cima, jajaja. Y me tocó aprender de algunos de los mejores músicos del mundo. Realmente me ayudó a ser una mejor profesional de la música.
-¿Recuerdas cómo fue tu primera impresión al llegar a la banda, por ejemplo?
-Fue muy divertido, en realidad. Cuando llegué al grupo el ’87 en Atlanta, éramos yo y mi hermana Lorelei y otra chica. Estábamos esperando en camarines y llegó un hombre con una guitarra acústica, se sentó y dijo “ok, repasemos algunas partes y veamos cómo lo hacen, a ver si aprendieron bien”. Y me preguntaba “quién es este”, me di cuenta que no conocía a ninguno de ellos por cómo se veían. Había sido una fan de ellos desde siempre, pero nunca vi sus caras. Y cuando lo escuché cantar dije “oh, es David Gilmour”, jajaja.
-¿Y cómo es David en la interna? Desde afuera puede verse como un tipo severo.
-Él es un perfeccionista. Eso es lo que más aprendí de él. Es un gran profesor en términos profesionales. Pero también tiene sus momentos de risa. De hecho recuerdo que una vez estaba en Módena, caminando, y vi una tienda de música que en la vitrina tenían una caja de kazoos, ese pequeño instrumento que hace un sonido muy especial. Compré la caja y le pasé a toda la banda, excepto a David. Y les pedí a todos que no le dijeran a él, porque se me había ocurrido algo. En el escenario, haciendo “Money”, en el quiebre del medio, cuando vuelve con la guitarra, todos tomamos el kazoo y empezamos a tocar esa típica parte, le dio ataque de risa y a nosotros también. A veces teníamos esos momentos.
-Sabemos que Pink Floyd ya no toca como tal, pero tenemos en su lugar los shows que pueden hacer Roger, David, Nick o tú misma, que mantienen vivo ese legado. ¿Cómo ves la responsabilidad de ese acto mágico?
-Es bonito, porque siento que puedo aportar a mantener esta música viva para las generaciones que no pudieron ver al grupo. Pink Floyd apela a todos. He visto generaciones juntas: abuelos, hijos y nietos de público en un show. Su música es eterna y apela a todas las edades, me siento afortunada de poder compartirla.
-La vez pasada que viniste nos comentabas que estabas reuniendo a tu otro grupo que tuviste, Black Pearl, con quienes se anotaron el hit “Naked in the rain” en 1990, ¿en qué va eso?
-Estamos terminando el nuevo álbum, finalmente. He estado yendo y viniendo a Londres por ese tema. Después de Chile voy a México a ver al encargado el sello que está interesado en sacarlo. Creo que lo hará.
Con esa interesante noticia, esperamos a Durga McBroom en Chile. Las entradas para las tres fechas están en sistema Passline.cl.