La película centrada en Jesse Pinkman es todo lo que los fanáticos podrían soñar.
¿Acaso había un final más perfecto que el que nos entregó «Breaking Bad»? Pocas historias contadas como series de televisión pueden darse el lujo de cerrar en la cúspide y dar broche de oro a cinco temporadas donde nos mostraron que una narración superior era posible en la pantalla chica, cristalizando la nueva era dorada de la televisión. Sí, Walter White nos mostró la transformación definitiva y nos regaló momentos para siempre, cerrando su arco de manera perfecta. Pero faltaba algo sin que lo supiéramos. Y ese algo es lo que viene a entregar «El Camino», la película que, más que una secuela, es un epílogo soñado.
Filmada completamente en secreto, «El Camino: A Breaking Bad Movie» nos da la respuesta del destino de Jesse Pinkman, a quien vimos por última vez escapando del cautiverio donde fue torturado por meses por la banda de neonazis que contrató Heisemberg para eliminarlo, pero que aprovecharon de aislar y torturar para que cocinara metanfetamina. El Pinkman que cierra «Breaking Bad» y abre «El Camino» es un hombre quebrado, alienado y logrando catarsis huyendo a toda velocidad, volviendo a ser por destellos el discípulo con chispa, y la gran columna moral de toda la serie. Es Jesse Pinkman con quien nos podíamos conectar en todos los capítulos y quien se ganó nuestros corazones. Por eso, esta oportunidad de saber qué pasó con él inmediatamente después de que Walter White dijera adiós con «Baby Blue» de Badfinger de fondo se hizo una necesidad desde que Netflix confirmó este largometraje de 125 minutos.
Porque sí, “El Camino” perfectamente podría no haber sucedido nunca, pero el gran resultado de «Better Call Saul» le dio la confianza suficiente a Vince Gilligan, creador de «Breaking Bad», para embarcarse en esta aventura. Y pensarla en grande. Cumple tanto como un capítulo largaduración como una película independiente que con su fotografía monumental y preciosa estuvo pensada para ser vista en una sala de cine, o en su defecto en el televisor más grande que puedas encontrar. Se siente como cine, tal como cada capítulo de la serie y está tan bien escrita que se toma sus tiempos para sacar el pie del acelerador y luego sorprenderte con decisiones, gestos y consecuencias que no se pueden adelantar en una reseña. Mal que mal, hay que evitar a toda costa cualquier spoiler.
Gran parte del éxito de «El Camino» como propuesta cae sobre los hombros de Aaron Paul, que entrega una actuación en el tope de sus capacidades, con una complejidad que solo da el conocer a tu personaje desde todas las perspectivas. Su viaje sigue siendo el nuestro y el cómo cerrarlo es un desafío que aceptamos con gusto. Sufrimos junto a él y queremos que esté bien. Queremos que lo logre y salga de todo esto. Lo hemos querido por años y al fin tenemos una respuesta. ¿Hay cameos? ¿Guiños? ¿Sorpresas inesperadas? ¿Acaso estas son preguntas válidas’ Para nada, lo que importa acá es estar de copiloto con Pinkman y apañarlo en cada paso.
«El Camino: A Breaking Bad Movie» cumple con todo lo que quisimos y sin haberlo siquiera imaginado. Todo lo que los fanáticos soñaron está ahí, y cosas que ni siquiera se sospechaban. Sencillamente, es el epílogo ideal de una serie perfecta, y que vas a querer repetirte una y otra vez.