Es sumamente importante saber controlar la respiración para no sufrir un ataque de pánico en pleno vuelo.
El miedo a volar en avión es un problema que aqueja a muchas personas en el mundo. Solo en España 2,5 millones de ciudadanos han manifestado alguna vez terror a subirse a una aeronave. En ese sentido, lo más importante dicen los expertos es saber diferenciar entre un simple recelo o una fobia real.
Por lo general, una persona aerofóbica piensa que si se sube a un avión morirá, si llega a abordar una aeronave está en todo momento sintiendo que se encuentra en peligro, le puede llegar a faltar el aire y tener dificultades para respirar bien, incluso sufrir un ataque de pánico antes el terror de un eventual accidente.
Por supuesto, para una persona que tiene fobia a volar es fácil pensar en una catástrofe cuando está en el aire. Ya sea que el ala se rompa o que el motor falle, o lo negativo que te pase por la cabeza, la recomendación es visualizar siempre un final feliz donde salgas del avión de manera segura. Esta mentalidad positiva ayudará a reducir la ansiedad y a mantener la calma durante el viaje.
Además, controlar la respiración es clave para no tener un ataque de pánico. Inhala durante cuatro segundo y exhala durante otros cuatro. Combina esto con la contracción muscular: apretar los glúteos con la exhalación es más efectivo. Puede sonar extraño, pero funciona de verdad. Un buen método para reducir la ansiedad es buscar diferentes distracciones: música (genera emociones positivas), series, lectura o simplemente establecer una conversación con tu compañero de fila. Si crees que esto no va a funcionar, trata de dormirte.
Ponte una banda elástica alrededor de la muñeca y estírala para que te golpee cuando estés asustado, te devolverá a la realidad y puede servirte como un recordatorio para dejar de pensar demasiado. También puedes presionar firmemente la piel entre el pulgar y el índice. Este punto de presión está relacionado con la ansiedad y puede ayudarte a mantener la calma. Hablar con la tripulación también puede ser bueno. Ellos están para ayudarte y tranquilizarte.
No trates de superar tu fobia tomando un vuelo a Australia. Primero elige distancias más cortas y realiza el viaje mentalmente antes de llegar al aeropuerto. Imagina el despegue y el aterrizaje. Los miedos son difíciles de vencer, pero la persistencia y la perseverancia son lo que eventualmente te ayudará a superarlos, publica El Confidencial.
No te avergüences por buscar ayuda en un experto. Ir a terapia para ver qué está pasando te beneficiará. Rodearte de personas a las que les gusta volar o gente que tiene los mismos sentimientos que tú y compartir con ellas qué soluciones pueden utilizar, puede ser realmente tranquilizador. Y lo más importante, no tengas miedo a aceptar que tienes un problema.