Este tipo de acciones responden a “sensación de inconformidad del ciudadano” con tribunales, explicó el abogado Leonardo Moreno.
La Corte de Apelaciones determinó que el animador Antonio Vodanovic debía borrar una publicación en Twitter en que “funaba” a una arrendataria
El exconductor del Festival de Viña se quejó de que la mujer le adeudaba varios meses de pago: “No la puedo demandar por no pago de arriendo, gastos comunes ni destrozos de mi propiedad. Pero al menos la voy a FUNAR por ser un peligro a la Sociedad… Sinvergüenza”, posteó junto a una captura del perfil de Facebook de la aludida.
Como respuesta, la afectada presentó un recurso de protección, detallando que pasó por problemas económicos y no pudo cumplir “con las obligaciones derivadas del contrato”.
El abogado y director del departamento de derecho procesal penal de la universidad Alberto Hurtado, Leonardo Moreno, apuntó que el riesgo de la funa es que “una opinión personal se transforme en un juicio mediático y en una especie de condena anticipada”. Esto versus a “recurrir a los tribunales”.
Sin embargo, en esta última opción hay una “sensación de inconformidad del ciudadano”.
Moreno recordó dos casos que generan divisiones en torno a este tipo de denuncias. Por un lado, están las de tipo sexual donde “hay un manto de protección, como en la iglesia”. Esto ayudó a las víctimas a visibilizar el tema.
Por otro, está “el caso Hijitus, donde se generó acusaciones que terminaron en nada (…) El daño que se le hizo a esa familia, al negocio familiar, fue incalculable”.
Más allá de estos ejemplos, Moreno concluyó que el “punto de vista (de acusadores) es valioso, pero no necesariamente constituye una verdad judicial”.