«No querrás decepcionar a tus seguidores», eran las palabras que utilizaban sus jefes para presionarla.
A seis meses del término de «Game of Thrones», Emilia Clarke ha hablado abiertamente sobre los desnudos que protagonizó en la serie que la lanzó a la fama. La actriz reveló que en varias ocasiones fue presionada para hacerlo, cuando ella se negaba o ponía algún impedimento.
«Tuve varias discusiones. Por ejemplo, les decía que la sábana no me cubría todo el cuerpo y ellos contestaban: ‘No querrás decepcionar a tus seguidores'», contó la intérprete en una entrevista en el programa de podcast Armchair Expert, presentado por el actor Dax Shepard.
La actriz, actualmente de 33 años, explicó que esa incomodidad se debía a que cuando comenzó a grabar la serie tenía apenas 22 y que estaba iniciando su carrera: «Ahora soy más sabia y sé con qué cosas me siento más cómoda». Para ella, la cantidad de este tipo de escenas en la primera temporada fue «abrumadora» y el estrés que le generaban la llevó a depender del alcohol. De hecho, en 2016, dijo a The Sun sobre estas escenas: «Todo lo que necesito es vodka, una iluminación favorecedora y estoy lista».
Clarke dijo que los desnudos no estaban contemplados en el contrato, pero al leer el guion descubrió que su personaje debía hacer algo más que lo estipulado. «Acepté el trabajo y después ellos me mandaron los guiones. Al leerlos fue como: ‘Oh, aquí está la trampa». En lugar de tratarlo con los responsables de la serie, Clarke decidió seguir adelante con el proyecto: «Acababa de salir de la escuela de teatro y lo asumí como un trabajo. Si estaba en el guion, entonces era claramente necesario».
Pero terminó por sentirse incómoda, debido a lo grande del set y la cantidad de gente presente ahí: «Me sentía como que flotaba en la primera temporada. No tenía ni idea de lo que estaba haciendo. (…) No sabía qué debía hacer. Desconocía qué se esperaba de mí». Clarke comenzó a sentir que no era merecedora de aquella oportunidad y a veces le costaba controlar los nervios, que calmaba con una especie de ritual: «Si algo me hacía sentir mal, me iba al baño a llorar y después volvía para hacer la escena».
Emilia confesó que las escenas con Jason Momoa —que interpretó a Khal Drogo, su pareja en la ficción durante las primeras temporadas— fueron «maravillosas» porque el actor la animaba a hacer solo aquello con lo que se sintiera cómoda. Sin embargo, en una entrevista en 2018 con la revista Glamour, la actriz desveló que, a diferencia de ella, nunca vio completamente desnudo a su compañero: «Vi su miembro (…) pero estaba cubierto por un peludo calcetín rosa». No ocurrió lo mismo con otros actores, que sí se desnudaron completamente para ciertas escenas.
A pesar de las complicaciones que vivió al principio de la serie, Clarke no se arrepiente de nada: «La gente me pregunta lo del desnudo siempre. Pero la respuesta corta es ‘no, no cambiaría nada».