“Requiere una evaluación médica urgente sobre su estado físico y psicológico”, dice el documento firmado por profesionales del Reino Unido, Australia, EE.UU.
A Julian Assange, el fundador de Wikileaks, no se le había visto desde su detención en la embajada de Ecuador en Londres el 11 de abril del 2019, luego que el gobierno de Lenin Moreno le quitara el asilo del que gozaba.
El pasado 21 de octubre, el ciberactivista de 48 años compareció ante un tribunal por el juicio que Inglaterra tiene en su contra, donde lo que más llamó la atención, fue su evidente deterioro físico.
En la audiencia, Assange se mostró desorientado y generó preocupación por su estado de salud, ya que se le vio desorientado y no es ni la sombra del hombre que acostumbraba verse por los medios.
Ahora, un grupo de 60 médicos firmó una extensa carta abierta donde manifiestan su preocupación por el estado de salud de Assange, donde incluso señalaron que podría morir en prisión si es que no recibe la atención adecuada.
“Desde el punto de vista médico y ante la evidencia disponible, tenemos una gran preocupación por el estado físico de Assange para afrontar el juicio en febrero de 2020 (…) Lo más importante es que, en nuestra opinión, Assange requiere una evaluación médica urgente sobre su estado físico y psicológico”, señala el documento según señala DW.
Los especialistas señalan que cualquier tratamiento médico indicado “debe administrarse en un hospital universitario debidamente equipado y con personal experto”, señala la carta firmada por médicos del Reino Unido, Australia, EE.UU, Sri Lanka y varios países europeos.
“Si no se realiza una evaluación y un tratamiento urgentes, tenemos verdaderas preocupaciones, con respecto a la evidencia actualmente disponible, de que el Sr. Assange podría morir en prisión”, señala la carta.
Assange deberá comparecer nuevamente ante un tribunal en febrero de 2020. Actualmente permanece en la prisión de máxima seguridad de Belmarsh en Londres, donde afronta una solicitud de extradición por parte de EE.UU. y 18 cargos, entre ellos una presunta violación de la Ley de Espionaje por la que enfrentaría una condena de hasta 175 años de prisión.