El volante del Everton inglés fue intervenido quirúrgicamente.
Fue la imagen más terrible del fin de semana de fútbol en todo el mundo. Corría el minuto 77 del partido disputado en Goodison Park y cuando el Tottenham ganaba por la mínima ante el local Everton, el coreano Heung-Min Son corrió detrás del portugués André Gomes para intentar robarle el balón.
El problema fue que el coreano se pasó de revoluciones y desestabilizó al volante de Everton, quien clavó su zapato en el pasto de la cancha y luego de recibir el choque del marfileño Serge Aurier, se lesionó gravemente.
«Después de someterse a pruebas hospitalarias, se confirmó que André Gomes sufrió una luxofractura de su tobillo derecho», confirmó mediante un comunicado el cuadro local, imagen que dejó perplejos a tanto a los jugadores del Tottenham como del Everton, que intentaban calmar el dolor del portugués.
Son, que luego de la falta se levantó para recibir la tarjeta amarilla, miró el estado del volante y rápidamente se llevó las manos a la cabeza y pese a ser consolado por sus compañeros de equipo e incluso el árbitro del encuentro, no lo podía creer.
Con el paso de las horas, una imagen de como quedó el tobillo del volante se viralizó en redes sociales, la cual da cuenta gráficamente de la magnitud que tuvo la lesión del mediocampista del Everton.