Luego de una investigación interna, descubrieron que el «ladrón» era uno de los agentes caninos.
El colmo de la policía debe ser que le roben en sus propios cuarteles. Eso sucedió en la oficina de la policía de Franklin, en Massachusetts, Estados Unidos, donde fueron víctimas de un peculiar delito.
El cuartel policial sufrió el robo de decenas de juguetes que iban a ser donados en Navidad, pero nunca imaginaron que el responsable de esa fechoría estaría en sus filas.
Tras varios días de investigación, los agentes «atraparon» al ladrón, que había estado robando dentro de su lugar de trabajo. Resultó ser Ben Franklin, el perro policial de terapia de la unidad, que fue «capturado» in fraganti por uno de sus superiores, mientras se «robaba» una muñeca, recoge ADN.
Una vez que sustraía los juguetes, el golden retriever los llevaba hasta la habitación continua, donde tenía escondidos otros de sus robos. Ben fue sancionado por su actuar y tiene prohibida la entrada a la sala de recolecciones.