Andrés González dejó el fútbol cuando tenía 31 años. Hoy se dedica a su fundación, Enamorhadas. Alexis y Vidal ayudaron en la primera campaña. La de Julieta.
Por As.com
Cuando Andrés González jugaba en Colo Colo en 2006, ni siquiera se imaginó que su vida daría un giro radical en menos de una década. Hoy, gracias a su fundación Enamorhadas, trabaja incansablemente para ayudar a niños con distintas enfermedades.
La historia partió con Julieta, la hija de González que nació con parálisis cerebral en 2015. El defensa dejó su carrera en el Alianza Atlético de Perú para dedicarse 100 por ciento a ella. El retiro había llegado con sólo 31 años.
Los problemas surgieron tiempo después, cuando Andrés González debía financiar un tratamiento de alto costo para su pequeña: “Nuestra primera iniciativa fue vender el departamento, pero al momento de ofrecérselo a jugadores, ellos me dijeron que no lo hiciera, que ideáramos otra forma para reunir fondos… y como mi esposa había conocida a muchas madres en igual situación, formalizamos el tema”, cuenta a As. Y así nació la fundación.
La subasta de camisetas fue la campaña más repetida: varias estrellas del fútbol mundial aportaron con la suya. Alexis Sánchez y Arturo Vidal, con quienes compartió en Colo Colo, ayudaron a través de Reinaldo Rueda, quien lo dirigió en una Sub 20 de Colombia. “Siempre estaré agradecido de ellos”, asegura. La recaudación fue un éxito.
Sin embargo, cuando estaba por finalizar el 2018, Julieta falleció con cuatros años. “Fue difícil, muy duro… pero lo tenemos que ir superando porque la vida continúa y tenemos otros hijos. Cuando los días son más tristes, nos tratamos de mantener unidos”, relata el ex Colo Colo justo cuando se está por cumplir un año del adiós de su hija.
– ¿Siguió ayudando después del fallecimiento de Julieta?
– Con los recursos que conseguimos para Julieta y que no se pudieron ocupar, fuimos a colaborar con los tratamientos de otros niños: a Ivanna que necesitaba un tratamiento de células madre, a Juanfer que necesitaba un medicamento importado y lo pudimos ayudar por cuatro meses, a Laurin con un tratamiento celular, a Sofía por un tema de terapia, a Brayan con un exoesqueleto… son varios. Cuando los recursos se terminaron, apoyamos a las familias a través de redes sociales. Aprovechamos la exposición de Julieta y la mía para llegar a más gente.
– ¿Qué lo motiva a seguir apoyando?
– Nosotros no somos adinerados, pero nunca nos faltó nada. Tenemos muy claro que hay familias que tienen situaciones muy difíciles. Siempre que tenemos un caso, intentamos enviar medicamentos, pañales. Había gente que no tenía para pagar el arriendo e igual los ayudamos a título personal. Cuando sabemos que hay una familia que lucha y que adora a su hijo a pesar de su condición, intentamos ayudar.
– ¿Siente que está salvando vidas?
– Siempre he tenido claro que fue Julieta. Cuando mi hija nació así, uno se pregunta tantas cosas y se llega a cuestionar a Dios. Pero sabíamos que algún día íbamos a entender el porqué de su condición y de que haya fallecido. Y cada vez que hay un caso, sabemos que es ella. Tenemos claro que la valiente fue ella. Ella era quien soportaba las terapias, su condición, las fiebres, el reflujo, la convulsión, ella siempre sonreía a pesar de todo. El mérito siempre será para ella. Ahora hay una nominación de Julieta como una valiente (acá más detalles). La verdad es que no lo esperábamos, y nos sentimos muy honrados como familia.