Con sus grandes momentos y decisiones que los fans discutirán por mucho tiempo, el Episodio IX le da un cierre apoteósico a la saga que por 4 décadas nos mostró a 3 generaciones de una galaxia lejana, muy lejana.
Por Héctor Muñoz Tapia
Hay que reconocer que había algo de reticencia de parte de los fans en la previa al estreno de «Star Wars: The Rise Of Skywalker«, el Episodio IX de la saga creada por George Lucas. Y no era para menos, tras lo divisiva que resultó «The Last Jedi«, quizás la entrega más arriesgada de todas gracias a la visión de Rian Johnson. Pero los seguidores de larga data de «La Guerra de las Galaxias» no podían permitir tantos giros ni decisiones diferentes a lo que se podía esperar, y JJ Abrams lo tenía claro al volver como director al mundo de «Star Wars». Había fans que reencantar en la historia que le dará punto final a la historia de una familia en la que la Fuerza es poderosa.
Y de eso tiene mucho «The Rise Of Skywalker» en su intención inicial. En los 142 minutos de película se siente la urgencia por darle cierre de la mejor forma posible, por lo que el flujo de información es intenso. Se siente una película abrumadora que sabe que está contra el reloj para exponernos las claves de lo que regirá en todo su relato y el cómo se le puede dar clausura a esta nueva trilogía. La presencia del Emperador Palpatine, la gran revelación del primer tráiler liberado en la Star Wars Celebration el pasado mes de abril, será un factor fundamental a la hora de darle un camino al Episodio IX. Pero, ¿será suficiente? Su sola presencia asegura el interés total de los fanáticos, por lo que más vale obtener respuestas. Y vaya que las entrega, en dosis contundentes, esta última película.
Si algo faltaba en «The Force Awakens» y en «The Last Jedi» era ver a los nuevos héroes trabajando juntos. Y acá tenemos bastante de Rey (Daisy Ridley), Finn (John Boyega) y Poe Dameron (Oscar Isaac) funcionando como equipo, dándole rienda suelta a la química natural entre ellos y dar algo de color de aventuras a esta trilogía secuela que nos propuso Disney desde 2015. El recorrido de 4 años tiene sus frutos desde esa perspectiva y se agradece con el resultado en pantalla. También la complejidad de Kylo Ren (Adam Driver), quien nunca deja de sentir el llamado a ser digno de su ascendencia en la Fuerza, y que busca en el lado oscuro una vía fácil, aunque con la esperanza de la luz siempre al final del túnel. En principio, esta nueva generación de personajes tenía todo para para verlos desarrollados en la trilogía completa, y en el Episodio IX pareciera que su esencia fuese puesta en una incubadora para hacerlos madurar. Eso sí, dándonos momentos de antología que sacan chispas.
Lo que es una certeza es que «The Rise Of Skywalker» se aleja del riesgo y el salto al vacío que representó «The Last Jedi». Y es probable que esto sea así porque un capítulo final debe estar concentrado en dar respuestas más que plantear más dudas. Es por esto que el acto del medio siempre resultará más interesante, más no el más emotivo. La carga de emociones las cataliza el desenlace y acá el Episodio IX te sacude casi de principio a fin, como una montaña rusa que te lleva de un extremo a otro sin mucha pausa. Y es por esto que nuevos personajes acá no tengan tanta relevancia. Solo el rescate de Lando Calrissian (Billy De Williams) y Leia Organa (con tomas descartadas de la fallecida Carrie Fisher), de la trilogía original, son capaces de llegar directo a nuestros corazones con su sola presencia. Sí, hay mucho fanservice en el Episodio IX, una permanente sensación de estar en casa que, si buscas desafío, puede que no te convenza de inmediato. Y también son manos diferentes de dos directores completamente opuestos en su enfoque. Mientras Abrams abraza el pasado y le rinde un bello homenaje, Johnson prefiere desafiarnos y llevarnos al límite, tal como lo dejó en claro el arco de Luke Skywalker (Mark Hamill) en el Episodio VIII. Dos lados que no permiten muchos grises a la hora de narrar y eso queda demostrado en el tono diferente de las tres películas.
A pesar de todo, y gracias a la Fuerza que todo lo rodea, «The Rise Of Skywalker» saca lustre al amor infinito por «Star Wars» que tenemos todos los que nos hemos criado con estas películas. Luce cuotas en abundancia de aventuras, emotividad, resoluciones y corazón, que siempre han estado en lo mejor de la saga. Esta es la despedida a los Skywalker y el cierre es un épico punto final para esta “Guerra de las Galaxias” que desde 1977 se ganó nuestros corazones, nos dio un sentido de familia, pertenencia y base moral para entender el mundo que nos rodea con leyendas atemporales. Porque eso es lo que queda al final del día. La comunión que generamos alrededor de «Star Wars» desde siempre es la que celebramos con este Episodio IX, en una oportunidad irrepetible. Una mitología moderna que sella su historia agradeciendo con una reverencia.