ACTITUD FUTURO

ARCHIVO FUTURO // Máquina del tiempo

El futuro como debió haber sido. Por Neil Peart.

Hector Muñoz |

Neil Peart Rush

El futuro como debió haber sido.

A continuación compartimos traducido en su totalidad el texto de introducción del catálogo de la Time Machine Tour de Rush, la gira que los trajo a Chile un domingo 17 de octubre de 2010, firmado por Neil Peart, fallecido el pasado martes 7 de enero, a los 67 años de edad.

Pasado, presente y futuro se reúnen en este escenario de las formas menos esperadas.

La historia empezó en diciembre pasado, cuando los tres nos juntamos en Los Angeles con el coproductor de Snakes and Arrows, Nick (“Booujzhe”) Raskulinezc, para conversar sobre el año por venir. No habíamos discutido planes antes de esa reunión, y solo estábamos de acuerdo en que queríamos hacer algo juntos. Teníamos varias opciones posibles en frente, y las revisaríamos juntos para decidir.

Entre fines de 2006 y principios de 2007 grabamos Snakes and Arrows, después estuvimos de gira en los veranos de 2007-2008, y finalmente tomamos un descanso en 2009. Hasta ahí, todo normal. Entonces lo típico habría sido empezar a escribir canciones para hacer un álbum, luego lanzar una gira por ahí en 2011 o algo así. Sin embargo, por estos días un “álbum” es una abstracción más cercana a los artistas que a las audiencias, y no parecía necesario seguir ese viejo patrón. “La crisis es tanto peligro como oportunidad”, dice el proverbio chino, y estábamos emocionados por hacer las cosas de forma distinta.

De todas maneras, queríamos trabajar en algo nuevo, así que hablamos acerca de componer y grabar un par de canciones. Podíamos seguir los deseos de nuestro manager Ray, e irnos de gira un rato en 2010 también. Geddy planteó un proyecto que le interesaba hace tiempo: juntar todos nuestros instrumentales en un disco, y quizás escribir otro nuevo para que salieran juntos.

“Quizás algo un poco más largo”, dijo él, y mis oídos sangraron. Años atrás habíamos hecho nuestra porción de trabajos largos, conceptos líricos e instrumentales (siempre recordando el subtítulo de “La Villa Strangiato” de 1978, “An exercise in Self-Indulgence”), pero luego empezamos a hacer nuestras canciones no precisamente concisas, pero al menos más comprimidas. Para que, por ejemplo, una instrumental como “The Main Monkey Business” de Snakes and Arrows, bastante compleja, pudiera funcionar en seis minutos, en vez de nueve o diez.

A partir de esa sugerencia, las ruedas empezaron a girar en mi cabeza. Ahora que estábamos hablando de hacer algo un poco más ambicioso musicalmente, me pregunté si era tiempo de pensar de esa forma en términos de letras y conceptos también. El verso del coro de “Caravan” parece apropiado: “No puedo dejar de pensar en grande”.

Le conté a los muchachos de una idea sobre un mundo ficticio que me interesaba en el último tiempo, pensando en que podría transformarse en un buen escenario para un set de canciones que narraran la historia. Un género de ciencia ficción inaugurado por algunos autores (incluyendo a mi amigo Kevin J. Anderson) que había sido bautizado como “steampunk”, entendido como una reacción contra el “cyberpunk” futurista, con sus escenarios de sociedades distópicas, deshumanizadas y alienadas. Nuestras incursiones previas en el futuro, 2112 y “Red Barchetta”, se situaban en ese imaginario oscuro, para lograr un efecto dramático y alegórico, pero yo estaba pensando en la definición de steampunk, que es “el futuro como debió haber sido” o “el futuro como visto desde el pasado”, como lo imaginó Julio Verne, en 1866 cuando escribió Veinte mil leguas de viaje submarino.

Cuando yo tenía nueve o diez años, mi papá me llevó con mi hermano y hermana al cine en una matineé de sábado, y esas imágenes me quedaron para siempre. El aterrador poder destructivo del Nautilus tenía una belleza monstruosa, contrastada con la refinada opulencia de los cuarteles del capitán Nemo, y el enorme órgano que él tocaba con locura. Puede que el capitán haya estado loco, pero era una locura romántica e idealista. Su misión era únicamente destruir buques de guerra, porque su amada familia había sido asesinada.

Los muchachos de la banda parecían intrigados por el concepto, y en mi casa, en el sur de California, empecé a trabajar en una historia y algunas letras en esa línea, situadas en un mundo movido por el vapor, complejos mecanismos y alquimia. “Un mundo encendido sólo por el fuego” (título de una historia medieval de William Manchester). En enero de 2010, le mandé un montón de páginas con letras a Alex y Geddy en Toronto, y ellos se juntaron en el estudio casero de Geddy a jugar e improvisar para ver qué salía. Sus temperamentos individuales son perfectos para ese enfoque: Alex, el improvisador empedernido (lo escuchas improvisando con la guitarra, de pronto toca algo genial y le preguntas ¿qué fue eso? Él te mira y dice “Hm, no sé”) y Geddy, el paciente editor y organizador, escudriñando las grabaciones para encontrar las mejores partes, que luego une, creando arreglos. Él también revisa mis páginas de letras buscando cosas que parecen conectarse, luego adapta la música para que calce, y me pide alteraciones en las letras para que coincidan con las canciones en proceso.

A principios de marzo nos juntamos en Toronto, en la casa de Geddy, y escuchamos las cinco canciones que ellos habían completado. Booujzhe también se integró en ese momento, dando sus opiniones y sugerencias para el proceso de trabajo, y juntos decidimos enfocarnos en dos de las canciones: “Caravan” y “BU2B” (los muchachos encontraron que mi título original “Brought Up to Believe” era muy largo, así que me pareció genial traducirlo a una sigla propia de la era de las redes sociales). Esas dos canciones también fueron las dos primeras piezas de la historia proyectada, que ahora se llamaba Clockwork Angels.

En abril volví a Toronto por dos semanas, cuando terminamos los arreglos, y ahí empecé a trabajar en las partes de batería. En referencia a la “complejidad comprimida” mencionada anteriormente, cabe mencionar que me costó tres días aprender “Caravan”, lo mismo que me había costado “The Main Monkey Business”. Tocándola una y otra vez, gradualmente absorbiendo sus golpes y surcos, y suavizándolos, me quejaba con mi técnico de sonido, Gump, de la tendencia de mis compañeros de banda de agregar y quitar ritmos en ciertas partes del arreglo, básicamente donde ellos quisieran. “¡Cómo desearía que pudieran hacer tres compases de cuatro cuartos seguidos!”

Luego vino Booujzhe. He explicado antes que su apodo viene de su hábito de tararear arreglos extravagantes de batería en al aire, “Blappada-blappada, dubba-dubba-dubba, rat-a-ta-tat-, booujzhe.” (Estilo onomatopeya)

Volvió a su hábito rápidamente. En la mitad de “Caravan” había una sección de unión en que Geddy y Alex hacían una bajada, luego de nuevo subían, y yo acompañaba esa parte, sólo acentuando los ritmos bajos en el medio. En esos espacios, Booujzhe gesticulaba un relleno absurdo, como una ráfaga atravesando los toms, luego subiendo de nuevo para seguir a la guitarra y el bajo. Simplemente lo miré, incrédulo. Me dijo lo de siempre: “Oye, no te lo pediría si pensara que no puedes hacerlo”. Geddy miró por encima de sus lentes y dijo secamente: “quiere hacerte famoso”.

Lo logré tocar, y Booujzhe se emocionó. Lo único que pude decir fue: me siento muy avergonzado. Tal como la sección final de “Far Cry”, que Booujzhe me alentó a tocar como solo, era algo que jamás se me habría ocurrido, pero esa es la razón de que nos guste trabajar con Booujzhe: nos exige y nos alienta a hacer locuras.

Así que ahora necesitábamos un estudio donde pudiéramos grabar bien esta nueva música. Parte del daño colateral que ha generado el declive de la industria establecida de la música, ha sido que muchos estudios de grabación han cerrado. Y el único estudio bueno para grabar baterías que podíamos conseguir rápido quedaba en Nashville: Blackbird. Demostró ser un gran estudio cuando pudimos hacer los tracks de batería y bajo en los primeros dos días. Después avanzamos en sobreponer las pistas y mezclar por otros diez días. Nos encantaron los resultados.

Durante todo este tiempo, desde enero, también hemos estado planeando la gira Time Machine: intercambiando sugerencias de canciones viejas para resucitar, y también soñando una presentación de escenario completamente nueva. Inspirado por artistas como Steely Dan y Todd Rundgren, que recientemente han tocado sus álbumes antiguos enteros, sugerí que podríamos hacer eso con Moving Pictures, uno de nuestros discos más populares. Nunca lo hemos tocado entero antes, y nunca hemos tocado “The Camera Eye” en vivo.

Otras giras recientes nos han dado más libertad para elegir canciones. Después de presentar una retrospectiva amplia en la gira R30 en 2004, nos sentimos liberados de esa “responsabilidad” en el tour de Snakes and Arrows en 2007-2008, y tocamos más canciones nuevas. Esta vez nos sentimos libres de aquellas, y junto con agregar nuestras dos canciones nuevas, “Caravan” y “BU2B”, y el set de Moving Pictures, intentamos encontrar algunas antiguas más inusuales para darle chispa al listado de canciones, para nosotros y para nuestros fans.

La máquina del tiempo ahora está en modo pasado, presente y futuro.

Mientras yo esbozo algunas ideas para las carátulas con Hugh Syme, para el lanzamiento de canciones y la gira, Geddy trabaja con sus colaboradores de video Dale y Allan en las visuales para las pantallas traseras, reclutando a Alex y a mí como actores “cómicos”, para lograr nuestra meta a largo plazo de los shows en vivo: “Más comedia, menos música”.

Si bien no logramos la parte de “menos música”, es verdad que a medida que pasan los años nos reímos cada vez más.

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