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Insectos, cuchillos y bolsas de plástico: los hábitos de coleccionismo más extraños de los famosos

En un mundo en el que lo material empieza a escasear en favor de lo digital, la acumulación de cosas que no sirven para mucho ya es una declaración de intenciones. Pero los casos de estos diez famosos son más curiosos de lo normal.

Hector Muñoz |

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En un mundo en el que lo material empieza a escasear en favor de lo digital, la acumulación de cosas que no sirven para mucho ya es una declaración de intenciones. Pero los casos de estos diez famosos son más curiosos de lo normal.

Por ElPais.com

Nuestras imágenes están en la nube, nuestros datos forman partes de algoritmos y las películas y música que amamos ya no tienen cajas, portadas o libretos que se puedan tocar. En un mundo que avanza hacia lo inmaterial, el coleccionismo no es solo una afición, sino una declaración de intenciones. Muchas celebridades han hablado abiertamente de los objetos que les gusta acumular: algunos se convierten por ello en grandes ganchos para las marcas (como el caso del músico John Mayer, que repasamos a continuación) y otras solo engrandecen su imagen al darle una dimensión un tanto freak. Es en estos últimos casos en los que hemos querido centrarnos…

– Claudia Schiffer colecciona insectos

La supermodelo alemana, que es, según el Guinness de los Récords, la modelo que más portadas ha protagonizado, ha sido la obsesión de millones de personas desde que saltó a la fama en los primeros noventa. Sin embargo, su obsesión es otra: los insectos. En el año 2005 explicó a The Guardian que no solo le gusta atesorarlos, sino que también los dibuja. En el año 2011 llevó esta afición personal a lo profesional y llenó de arañas y mariposas los estampados de una colección de ropa de lana. «Estoy fascinada con las arañas desde que era pequeña», confirmó en una entrevista a la sección de moda del Telegraph para promocionar la línea de ropa.

– John Mayer colecciona relojes de lujo (y la reina Sofía también, pero de marca Swatch)

No, acumular relojes no es algo demasiado extraño. Pero el músico John Mayer no solo colecciona relojes, sino que se ha convertido en un auténtico influencer en este campo en todo el mundo. La edición estadounidense de la revista de moda masculina GQ le ha dedicado un artículo llamándolo «el prescriptor de relojes más importante del mundo». Varios especialistas en relojería y dueños de lujosas tiendas de estos complementos en Nueva York explican que el cantante ha dado un impulso al mercado de relojería de lujo y que muchos clientes llegan con fotos de Mayer para pedir el reloj que lleva él. Dentro del coleccionismo de relojes tenemos anecdotario también en España: siempre se ha dicho que la reina Sofía tiene un montón de los populares y coloridos relojes Swatch, de lo cual dan cuenta medios locales de Mallorca como Última Hora (que han publicado crónicas de sus paseos por Palma donde se detallan sus visitas a la tienda de Swatch) o periódicos como ABC.

– Steve McQueen coleccionaba coches de lujo

El considerado hombre más cool de la historia del cine no lo sería si no fuese por una afición a los coches que tomó tintes casi de amor obsesivo. Las compañías aseguradoras de Hollywood se inquietaban con su manía de conducir a toda velocidad y protagonizar sus propias carreras en las películas en vez de recurrir a un doble de acción. El actor llegó a considerar ser piloto profesional. Su conjunto de coches es de valor incalculable. ¿Por qué? Porque no solo hay que considerar el (elevadísimo) precio de cada automóvil, sino el hecho de haya pertenecido a él. Por ejemplo, cuando uno de sus Ferraris fue vendido en una subasta en California por casi once millones de euros, la edición estadounidense de Vanity Fair dedicó un artículo a explicar que, de no haber pertenecido a McQueen y no haber sido conducido por él en el pasado, el valor sería de cuatro veces menos: unos 2,70 millones.

– Angelina Jolie colecciona cuchillos

«Fui a una feria medieval con mi madre cuando era pequeña y allí vi un montón de cuchillos», contó Angelina Jolie a Conan O’Brien en 1998 durante la promoción de la película para televisión Gia, que supuso su primer triunfo entre la crítica y su primer Globo de Oro. «Te recuerdan a la historia y además hay algo bello y tradicional en ellos, porque cada país tiene diferentes armas y diferentes hojas, hay algo muy bonito en ellos. Así que empecé a coleccionar cuchillos desde que era una niña». A continuación, ni corta ni perezosa, muestra su pericia manejando uno (algo que le vendría muy bien para interpretar a Lara Croft en dos películas de Tomb Raider años después). El discurso ayudó a conformar a esa Angelina Jolie oscura, ambigua y peligrosa que Hollywood conoció y amó a finales de los años noventa. Era la respuesta gamberra a la perfección de Sandra Bullock o Julia Roberts. Pese a que hoy es otra persona y habla más de causas sociales que de armas, ese lado oscuro sigue siendo parte de su encanto.

– Johnny Depp colecciona muñecas Barbie

No, acumular Barbies no es extraño. Es, de hecho, uno de los elementos más dados a la mitomanía y la web oficial de Mattel tiene un rincón especial para estos aficionados. Tampoco debería ser extraño, en 2020, que las coleccione un hombre, pero no nos engañemos: sigue siendo algo llamativo para algunos, especialmente si ese hombre es una gran estrella de cine y un icono de masculinidad. Por eso hay que celebrar que Johnny Depp no solo atesore algo que históricamente ha estado asociado a lo femenino, sino que haya hablado sobre ello. En 2015 visitó el programa de Jimmy Kimmel y comentó: «Tengo muchas Barbies guardadas». El actor explicó que había jugado a menudo con ellas con su hija Lily Rose Depp y añadió: «Es lo único en lo que soy bueno».

– Quentin Tarantino colecciona juegos de mesa basados en concursos de televisión

Y muchas cosas más. Tarantino representa fielmente el triunfo de la rata de videoclub, de un hombre mitómano y fascinado por el cine y la televisión que llega a hacer lo que más le gusta. De esta entrevista publicada por Rolling Stone en 1994, cuando había tocado el cielo gracias a su segunda película Pulp Fiction, lo mejor es la descripción de su casa en Beverly Hills: «La casa de Tarantino no es el tipo de hogar deslumbrante en las colinas de Hollywood que uno podría esperar, sino uno hogareño, más bien desordenado, salón Valhalla de lo cursi y lo pop. Carteles de películas, cintas de VHS, laser discs, álbumes, fanzines, libros y una variedad de artefactos cinematográficos llenan cada centímetro disponible. Junto con los recuerdos de sus propias películas, incluida la navaja de afeitar utilizada en la infame escena del corte de orejas [de Reservoir dogs], hay una cabeza aterradora y realista de la diva de serie B Barbara Steele, […] docenas de cajas de botellas de Pepsi y, sin duda, una de las colecciones de juegos de mesa más impresionantes del mundo relacionadas con el cine y la televisión».

– Luis Del Olmo colecciona radios antiguas

El histórico locutor de radio ha optado por algo muy adecuado a su fama y posición: antiguos transistores. Con más de doscientos ejemplares, su colección es una de las más completas de España según anuncian desde el Museo de la Radio Luis del Olmo, donde desde 2011 está expuesta después de que el locutor (natural de Ponferrada, donde está el museo) las donase. Según informan desde el museo, este tesoro del locutor cuenta con «los primeros receptores de galena hasta los pequeños transistores de la década de los setenta o la radio digital de última generación».

– Alaska colecciona bolsas de plástico

En realidad cualquiera que haya visto un poco del programa de televisión Alaska & Mario o haya seguido la carrera y las entrevistas de la cantante de Fangoria sabrá que la cantante guarda muchas cosas, entre ellas polaroids, autógrafos de famosos que compra por eBay o muñecas flamencas de Marín. De hecho en 2009 dedicó una canción, Más es más, al «afán por acumular». Pero en una entrevista en la SER habló con Carles Francino de una afición más especial: guarda bolsas de diferentes tiendas, que pueden ir desde las de papel importadas de Francia que dan en Cartier a viejas bolsas de plástico (su preferencia) de Galerías Preciados que encuentra por Internet.

– Lina Morgan coleccionaba figuras de elefantes con la trompa hacia arriba

Los millones de espectadores que la siguieron en cine, escenarios o televisión durante diferentes etapas de su carrera dirían que su éxito se debió a su talento y a su conexión con los espectadores. Pero Lina Morgan hubiese añadido que parte de su buena fortuna se debió, tal vez, a las figuras de elefantes con la trompa hacia arriba que tiene en su casa. Un hábito que confesó en el programa de RTVE La Luna a Julia Otero en 1989, en el que aclaró que el asunto de la trompa era importante porque en esa posición “traen suerte. […] Es un animal muy bello, hermoso, fuerte y con mucha memoria. Y dentro de su grandeza, es noble. Me gustan los elefantes, me traen suerte”.

– Rod Stewart colecciona trenes en miniatura

No es solo que tenga trenes en miniatura, es que Rod Stewart lleva 24 años construyendo una impresionante ciudad en miniatura en su sótano con rascacielos, montañas, carreteras, coches y unas vías que la atraviesan y que, mediante un sistema eléctrico, sus trenes pueden recorrer. El impresionante resultado lo enseñó el pasado noviembre a la revista especializada Railway Modeller. «Mucha gente se ríe de mí porque creen que es una afición estúpida, pero yo creo que es una afición maravillosa», reveló a la radio británica BBC2. También reveló que, como durante todos esos años tuvo que publicar discos (trece, en concreto) y hacer giras (diecinueve), en estas últimas pedía una habitación extra en cada hotel para seguir trabajando en los modelos de tren y en los rascacielos en miniatura, que están inspirados en Nueva York y en Chicago en los años cuarenta. No es el único músico obsesionado por los trenes: Neil Young también poseía una impresionante colección de trenes en miniatura que, según informó Reuters, subastó en 2017.

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