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10 enormes éxitos del rock que se compusieron en solo unos minutos

¿Unos minutos trabajando y una vida entera recibiendo alabanzas y (lo que es mejor) 'royalties'? Sí es posible, y estas canciones lo confirman.

Hector Muñoz |

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¿Unos minutos trabajando y una vida entera recibiendo alabanzas y (lo que es mejor) ‘royalties’? Sí es posible, y estas canciones lo confirman.

Por ElPais.com

‘Rock and roll’, de Led Zeppelin (1971) 

El éxito. En 1972 (meses después de su publicación), y con Franco todavía vivo, esta canción de Led Zeppelin llegó al puesto 14 de los más vendidos en España. En Estados Unidos no pasó del 47. Solo Alemania vendió más sencillos de Rock and roll que nosotros: allí alcanzó el 13. Este dato refleja las ansias que había en la sociedad española por escuchar cosas fuertes, salvajes, como rechazo a años de control estatal. Con el tiempo Rock and roll se ha convertido en un clásico en todo el mundo. Nada más empezar ese minisolo de batería únicamente piensas en: melenas, guitarras y rock.

La historia. Una tarde de 1971 en un estudio de grabación. El grupo intenta buscar una salida a una canción que han empezado a armar y se llama Four sticks. El batería, el gran John Bonham se harta de que la cosa no fluya y golpea su batería imitando el arranque de una canción de Little Richard, Keep a-knockin’. Jimmy Page comienza a dibujar unos acordes de guitarra a lo Chuck Berry. Robert Plant se une improvisando una letra. Ya está aquí Rock and roll, en unos 30 minutos. «Fue todo bastante animal. Queríamos volver a la esencia del rock and roll», dijo años después Plant sobre esta pieza.

‘Paranoid’, de Black Sabbath (1970) 

El éxito. Las canciones de Black Sabbath, pioneros del heavy metal, son, por lo general, largas. Curiosamente su mayor éxito, Paranoid, no llega a los tres minutos. Con el paso del tiempo esta pieza que habla de la depresión post colocón de drogas ha ido creciendo en popularidad, acoplándose en bandas sonoras de películas, en videojuegos e incluso en elegantes anuncios de coches.

La historia. De pura casualidad se puede definir la creación de Paranoid. Lo cuenta el autor de la letra, el bajista de Black Sabbath, Geezer Butler: «La canción fue compuesta en el último momento. Básicamente nos faltaban tres minutos para completar el minutaje del disco [que terminó llamándose también Paranoid, 1970]. Tony Iommi empezó a tocar un riff de guitarra, yo hice la letra en unos minutos y Ozzy Osbourne la cantó. Y la grabamos del tirón». Todo en menos de media hora

‘Seven nation army’, de The White Stripes (2003) 

El éxito. En 2003, la carrera por liderar el nuevo rock parecía que la iban a ganar The Strokes. Entonces, el dúo de Detroit The White Stripes lanzó una bestia de disco titulado Elephant, cuyo primer single era este Seven nation army, acaso el riff más ubicuo del rock contemporáneo. El tema se hizo universal en 2006, cuando la selección italiana de fútbol lo utilizó para celebrar su victoria en el Mundial. Desde entonces, arrasa por igual en bares indies como en estadios de fútbol. Parece eterna.

La historia. El riff lo sacó por casualidad Jack White (líder de The White Stripes) durante una prueba de sonido de la banda en Melbourne. El guitarrista quedó bastante contento con el riff, se lo enseñó a un empleado de su sello que andaba por ahí y este simplemente le dijo: ”Está bien”. Pero White sabía que ahí había algo.

‘Losing my religion’, de R.E.M. (1991) 

El éxito Estamos ante la que, probablemente, es una de las pocas canciones que ha triunfado en todo el mundo construida en torno al sonido de una mandolina.

La historia Peter Buck, guitarrista de R.E.M., ha asegurado que fue compuesta en diez minutos en el estudio mientras el grupo jugaba con una mandolina y una base pregrabada sonaba de fondo. Diez minutos que hicieron que la banda pasase de ser conocida en pequeños círculos a ser uno de los grupos de rock que iban a definir el sonido de los noventa.

‘Supersonic’, de Oasis (1994) 

El éxito. El primer sencillo de Oasis fue lanzado en abril de 1994. Curiosamente, el tema es uno de los más populares de Oasis y uno de los favoritos de Noel Gallagher, y a la vez una de las entradas en listas más pobres de la banda durante sus años de gloria: no pasó del puesto 31 en Reino Unido y no fue hasta 2006 que logró ser disco de plata.

La historia. Alan McGee, capo de la discográfica de Oasis (Creation Records), quería que el primer single de Definitely maybe fuera Bring it on down. Noel Gallagher no estaba de acuerdo. Entonces, cuenta la leyenda que Noel, bastante colocado, dejó el estudio, se fue a casa, escribió Supersonic en 10 minutos y volvió. “Parad, tengo el single”, les dijo a los demás integrantes del grupo. Les enseñó el tema y en media hora estaba grabado.

‘(You gotta) Fight for your right (to party)’, de los Beastie Boys (1986) 

El éxito. El cuarto sencillo del primer disco de los Beastie Boys llegó al número siete en las listas estadounidenses y es hoy una de las grandes canciones rock+hip hop, celebradísima en fiestas de todo pelaje. Su letra convierte el hedonismo en grito de guerra político, o al menos eso quiso creer el público: el grupo siempre ha mantenido que la letra, que parece glorificar a los vagos y los ninis, es pura ironía. Hoy muchos de los que la cantan a voz en grito no saben que la canción se está riendo de ellos.

La historia. Mike D, de nombre original Michael Diamond y uno de los vocalistas de la banda, contó lo siguiente sobre la canción: «Era el verano de 1986. La escribimos en cinco minutos. Estábamos en el Palladium con (el productor) Rick Rubin, bebiendo vodka y zumo de arándonos, y Fight for your right fue escrita en servilletas de papel».

‘Yesterday’, de los Beatles (1965) 

El éxito. Hablar del éxito de una canción de los Beatles, cuya discografía completa es casi tan patrimonio de la humanidad como la Torre Eiffel, sería quedarnos cortos. Seremos más concisos en este caso: Yesterday es, según el libro Guinness de los Records, la canción más versionada de la historia.

La historia. El proceso compositivo de esta canción es famoso. Paul McCartney soñó con esta canción, según él con estrofas y estribillo, y se levantó con la melodía en su cabeza. Llegó a pensar si podría ser una canción que ya existía y que había escuchado en algún lado. Al levantarse, se sentó al piano y ejecutó la canción. Según la leyenda, grabó voz y guitarra en dos tomas. Clásico instantáneo en todos los sentidos de la palabra. Como era habitual en el cuarteto, la firman Lennon y McCartney, aunque John apenas hizo nada. Hay otras canciones del dúo en las que McCartney solo miraba. Una por otra. Ese era el trato.

‘(I can’t get no) Satisfaction’, de los Rolling Stones (1965) 

El éxito. ¿Cuántas veces has escuchado esta canción? Reconócelo: aunque te parezca buena la odias un poquito de tan trillada que está. Pues imagínate los miembros de Rolling Stones, que no han dejado de tocarla en sus conciertos en los últimos 50 años.

La historia. Otro de los episodios surrealistas de Keith Richards. Estaba durmiendo, se despertó de forma sobresaltada con un riff de guitarra en la cabeza, lo registró en una pequeña grabadora y volvió a la cama. El resultado lo cuenta, con su habitual humor, el autor: «Dos minutos de Satisfaction y 40 minutos de mis ronquidos». Luego, Jagger armó la letra también bastante rápido.

‘Song 2’, de Blur (1997) 

El éxito. Después de más de un lustro tratando de triunfar en EEUU, los británicos Blur finalmente lograron un éxito en aquel país, y en todo el mundo, ya puestos, con Song 2. Lanzado en 1997, sirvió para que Blur dejaran de ser una banda de britpop y durante un tiempo fueran el grupo de rock más grande del planeta. La BBC la colocó en el puesto 15 de las mejores 15 canciones de la historia.

La historia. Empezó como una broma del guitarrista Graham Coxon, quien en el estudio se puso a imitar lo que sería un tema grunge. Damon Albarn, cantante y líder, se unió y, como no tenía letra preparada, empezó a gritar ‘woo hoo’. En 30 minutos estaba escrito el primer hit global de Blur. Y el ‘woo hoo’ se quedó.

‘All the young dudes’, de David Bowie (1972) 

El éxito. En 1972, Mott The Hopple, una de las bandas que resultarían clave para entender el glam rock de los setenta, estaba a punto de disolverse. Entonces, llegó David Bowie, les escribió este tema y el grupo liderado por Ian Hunter resurgió. Incluida entre las 500 mejores canciones de la historia en la lista de Rolling Stone, es hoy todo un himno. Bowie la tocó en directo hasta su última gira.

La historia. David Bowie no estaba dispuesto a que Mott The Hopple se separaran, así que un día se plantó en su estudio y les ofreció un tema: Suffragette city. Curiosamente -y ahora uno entiende por qué no les iba demasiado bien a estos indocumentados- el grupo la declinó. No les gustó. Entonces, Bowie, que era tozudo como él solo, se fue a casa, escribió All the young dudes y en apenas dos horas volvía a estar allí. Esta sí se la quedaron Mott The Hopple. Y les salvó la carrera.

 

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