Los policías que eran compañeros del can encargaron un ataúd especial con su imagen, nombre y el cuerpo al que pertenecía en Utah.
Hondo, tenía siete años y era un perro policía del equipo de K-9 del Departamento de Herriman City, en Utah, Estados Unidos. Lamentablemente, el can murió de un disparo cuando con sus compañeros estaban persiguiendo a un peligroso delincuente al que capturaron en Salt Lake City.
En el procedimiento policial, ocurrido el pasado 13 de febrero, el animal recibió un tiro en el esternón. Aunque fue trasladado a un hospital veterinario nada se pudo hacer por él y falleció poco después.
El perro era considerado un gran can policial, y por esta razón sus compañeros quisieron hacer algo especial en su memoria y encargaron un ataúd personalizado. Se trata de un féretro muy especial, en el que plasmaron su imagen con arnés, la del cuerpo y la de sección a la que pertenecía, recoge ABC.
Hondo y su adiestrador, el sargento Ben Ricks, fueron uno de los mejores equipos de K-9 en el estado, según la policía. Durante su carrera, el perro ayudó con más de cien arrestos por delitos graves y recuperó cientos de dólares fruto del narcotráfico en la vía pública.