La autopsia del aclamado músico estadounidense Michael Jackson, reveló información que ha causado gran sorpresa por parte de aquellos que aún lamentan su muerte en 2009.
Según lo que informó el medio The Sun, el músico que falleció a los 50 años producto de un paro cardíaco a causa de una sobredosis de un anestésico intravenoso (propofol), tenía pastillas licuadas en el estómago.
Además de ingerir solo una pequeña porción de comida al día lo que denotaba una evidente desnutrición, su cadera, muslos y hombros, ya se habían convertido en un conjunto de inyecciones de analgésicos que, Conrad Murray, su doctor particular, le proporcionaba a diario. Recordemos que Murray fue declarado culpable de homicidio involuntario, al no administrar los medicamentos de forma correcta al artista, provocando su muerte.
Bajo lo que consigna el medio mencionado, otro antecedente relacionado con el rostro del intérprete de ‘Thriller’ no pasó desapercibido. Los labios del artista, estaban tatuados. Un pálido color rosa inyectado en tinta en la boca de Michael le daba forma a su cara, junto con el otro importante tatuaje de su faz, las cejas, que también estaban dibujadas de forma permanente con tinta negra.
Además, su cuero cabelludo también había sido tatuado de negro, para que de esta forma no se notara la diferencia con el color de su pelo.
El proceso post mortem evidenció que Jackson tenía heridas en las rodillas, algunos cortes significativos en la espalda y cicatrices detrás de las orejas, nariz, base del cuello, muñecas y brazos.
Sin bien estos antecedentes no dejaron indiferentes a los seguidores, uno en particular se robó los comentarios. El ondulado y terso cabello del artista, no era más que una peluca, pues Jackson era calvo.
“Era piel y hueso, se le había caído el pelo y no había estado comiendo más que pastillas cuando murió”, dijo una fuente a The Sun. “Las marcas de inyección en todo el cuerpo y la desfiguración causada por años de cirugía plástica demostraron que su declive en sus últimos años”.
Las especulaciones afirman que el artista podría haber empezado a utilizar la peluca luego de la filmación del comercial de Pepsi en 1984, en el que un accidente en medio de la producción lo dejó con quemaduras de segundo grado.
Killing Michael Jackson, documental distribuido por Discovery Channel y dirigido por ZigZag, cuenta el fallecimiento del cantante, y mediante los testimonios de los detectives Orlando Martínez, Dan Myers y Scott Smith, el tatuaje en el cuero cabelludo y otros antecedentes, son confirmados.
“Cuando vi su cuero cabelludo observé cómo la parte superior de su cabeza estaba calva. Además, tampoco tenía casi pelo en los costados”, afirma Smith en la producción.
Revisa el trailer del documental a continuación.