ENTREVISTAS

Mike Terrana, Vision Divine: “Si te quieres hacer rico, no seas baterista”

El músico habló con la radio del rock sobre el concierto de la banda en Santiago a fines de febrero.

Jorge Lagas |

Por Jorge I. Lagás

Antes que termine febrero tendremos de vuelta a Vision Divine en Chile, por primera vez desde 2007. Estarán el 29 de este mes en el Club Blondie (entradas en Eventrid), con la gira de su más reciente disco “When all the heroes are dead” de 2019, y mostrando también los clásicos que los hicieron un nombre importante de la escena power metal italiana desde fines de los 90 en adelante.

Liderados por Olaf Thorsen (Labyrinth) en guitarra y la presencia de una avezado personaje como Mike Terrana en la batería (Avalanch, Rage, Artension, Tarja, Yngwie Malmsteen, Tony MacAlpine, Metalium, Masterplan, Axel Rudi Pell, Roland Grapow, etc.), vienen a mostrar que la espera de los seguidores por este regreso valió la pena.

Nos comunicamos con Mike Terrana para hablar unas palabras:

-Mike, ¿cómo te sientes de volver por estos lados, ahora con Vision Divine?

-¡¡¡Sexy!!! Así me siento. Me encanta Santiago, la última vez que estuve por allá fue con Tarja, hace unos 4 años, ¿cómo está todo por allá?

-Y, hemos estado mejor, pero poniéndole para salir adelante como siempre. Queremos saber de esta visita, ¿qué podemos esperar?

-Pueden esperar un montón de energía, miembros de la formación original, nuestro nuevo cantante Ivan (Giannini), tiene una gran voz para este estilo de música y espero que a los fans les guste nuestra presentación.

-Ya llevas casi 4 años en la banda, ¿cómo es para ti ser parte de una banda así, un nombre importante dentro de la movida power metal italiana?

-Bueno, mi apellido Terrana es italiano. Nací en Estados Unidos pero mi padre nació en Sicilia, así que soy siciliano. Ahora vivo en Toscana, Italia, donde la banda está localizada. Llevo poco más de 3 años y me gustan estos tipos. Lo interesante es que son todos amigos. Muchas bandas no se juntan tanto, pero a estos individuos les gusta carretear, hacer vida social, llevan haciéndolo por casi 20 años y tienen mucha historia juntos. Es agradable ser parte de un mundo así. Una buena vibra dentro y fuera del escenario. Hacemos chistes, comemos, tomamos cerveza… agradable.

-Suena bien. Tú has tocado con muchas bandas, ¿qué es lo mejor de tener la posibilidad de tocar con tantos artistas diferentes?

-Hacer millones de dólares (risas), no, es broma. Si te quieres hacer rico, no seas baterista. Pero bueno, a mí me gusta tocar con diferentes músicos. Me gusta ser libre. Me aburro si paso mucho tiempo tocando el mismo tipo de música. Además tengo que seguir tocando. La mayoría de las bandas hace un disco o gira y después paran. ¿Y qué voy a hacer yo en los 6 meses siguientes, quedarme sin hacer nada? De ninguna manera. Voy y toco con alguien más. De eso vivo. Así lo he hecho los últimos 45 años y acabo de cumplir 60. Si alguien quiere mandarme dinero por mi cumpleaños, pueden hacerlo. No, ¡eso es broma también! (Risas)

-Jajaja, lo haremos si podemos. Lo bueno es que además aprendes mucho de todos estos artistas y todas las actividades que puedes tener con ellos, ¿no?

-Seguro. He tocado con gente de distintas partes del mundo, todos tienen una mentalidad diferente, una cultura distinta. He podido viajar por todo el planeta también, conociendo otros modos de vida, conocer gente maravillosa, en Estados Unidos, Canadá, Rusia, China, Latinoamérica, Europa… es un tipo de educación que no se puede comprar. Se aprende de ellos y uno aprende de sí mismo, a ser más abierto de mente, a criticar menos a la otra gente. Los gobiernos te quieren hacer creer que ellos tienen el mejor sistema por sobre los otros, pero he viajado por todo el mundo y básicamente todos quieren lo mismo: ser felices, un poco de dinero, pasarlo bien, comer, buena música, disfrutar. Eso quiere la gente. Los sistemas políticos son una mierda.

-Interesante apreciación. Decías que si uno quiere ser rico no tiene que ser baterista, ¿en tu caso qué fue lo que te llevó a elegir la batería por sobre cualquier otro instrumento?

-No lo sé, creo que me atrajo lo fuerte que puede llegar a sonar una batería. No es fácil ser baterista. Si tocas guitarra, bajo o teclados, puedes hacerlo tranquilo en tu departamento con audífonos. Pero con una batería, no puedes hacerlo en tu departamento. Tienes que ensayar solo y aislado para no volver loco a todo el resto de la gente. Eso cuesta dinero, es caro. Cuando era joven, volví locos a mis padres y no estaban muy felices de que tocara esto. Creo que a los 8 años quería tocar guitarra, pero de pronto me vi tamborileando una canción de Led Zeppelin en el auto de mi madre y dije “hey, creo que puedo hacerlo”. Un tío me regaló mi primer set de batería y me enganché. A los 16 quise hacerlo de manera profesional, pero no le dije a nadie, porque era 1976 y si lo hacías te miraban como a un alienígena. Eso no era un trabajo real (risas), era antes de MTV y todo eso. Mantuve mis intenciones en secreto, pero empecé a tocar en bandas, y una cosa llevó a otra. Crecí en Nueva York, me cambié a Los Angeles, después llegué a Europa, todo siguiendo la música. Ser baterista es difícil, es un instrumento grande y ruidoso. Puedes practicar guitarra viendo televisión, pero no batería. Un instrumento extraño. Mi acercamiento a él fue casi desde un punto de vista atlético: era como un animal loco, que andaba pegándole a todo lo que encontrara al ritmo de la música. Eso fue lo mío.

-¿Recuerdas algunos de tus primeros héroes? Hace poco perdimos a Neil Peart de Rush, seguramente era algo importante en tu formación.

-Te seré honesto: cuando me enteré de su muerte estaba comiendo con un amigo, me avisaron por Whatsapp y no creí que pudiera ser verdad. Y me entristecí mucho. Vi a Neil Peart por primera vez en 1976 en el tour de “Caress of steel”. Después de eso me cambió toda mi forma de pensar y mi vida. Nunca lo conocí en persona pero siento que fue un profesor para mí. Solía sentarme en mi pieza a escuchar los discos de Rush, mirar las portadas, leer sus excelentes letras… fue el primer baterista que realmente estructuró sus solos de batería como una canción en sí misma. Todo lo que hizo fue muy memorable. Recuerdo el día que se retiró, en 2015, dije “ok, está bien”, porque ha tenido sus problemas familiares y quiere estar con su mujer y su hija. Pero en realidad estaba diagnosticado con ese tumor al cerebro. Y pasó esos últimos años muriendo. Eso me indigna. El hecho de que este tipo que tenía una mente maravillosa y una capacidad inventiva increíble y que contribuyó demasiado al rock y la literatura, fue afectado por esta enfermedad justo en el lugar de donde salió todo eso. Pasé todo ese fin de semana después que murió viendo videos de Neil Peart y escuchándolo, y pensando en todo eso. Siento que una parte de mí murió, también. Me entristece. Era una gran parte de mi vida.

-Seguro, todos lo extrañamos. Finalmente, unas últimas palabras para tu gente, por favor.

-Por supuesto, vamos a Santiago y los quiero ver a todos, ¡sigan rockeando!

Las entradas al concierto están en sistema Eventrid.cl.

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