Antonella Piantini estuvo hasta el domingo pasado en una de las regiones más afectadas. Luego pasó por España y ahora viajó a Chile.
Por As.com
«La gente solo se puede mover de sus casas si es por extrema emergencia«. Así describe Antonella Piantini, arquera de la ‘Roja‘ de balonmano, la dramática situación que vive Italia por el coronavirus. Ella vive en Ferrara y defiende al Ariosto Pallamano, club que por estos días permanece inactivo.
Piantini estuvo en uno de los lugares más afectados del país hasta el domingo 8 de marzo. Ese día, justo antes de viajar a una concentración de la Selección en España, se enteró que varias regiones serían aisladas. Una de ellas, era la suya: Emilia-Romagna.
«Me tomó por sorpresa cuando anunciaron las medidas porque ya estaba arriba del avión«, cuenta la portera a As. En ese viaje, Antonella iba con Belén Canessa, chilena que defiende al G.S.D. Pallamano Spallanzani de Casalgrande. Una semana más tarde, ninguna de las dos pudo volver a Italia: los aeropuertos están cerrados.
Los difíciles días por el coronavirus
– ¿Cómo describiría la situación que le tocó ver antes de viajar a España?
– La verdad es que al principio uno bromeaba con la situación, porque lo veíamos tan lejano. Pero a medida que pasaban los días, todo fue cambiando y la situación se puso más grave y con mas restricciones. Nuestra liga se suspendió hasta el 3 de abril. Como no entrenábamos, nos dijeron que podíamos ir al gimnasio, pero que era libre opción porque el club no se podía hacer responsable.
– ¿Y usted fue al gimnasio?
– Sí, porque al final somos profesionales y es una responsabilidad. Éramos conscientes de que es uno de los espacios más peligrosos porque es cerrado y la gente suda, pero en ese momento tampoco le tomábamos el peso a la situación. Nosotros lo tomábamos con el optimismo de que pronto volvería todo a la normalidad.
– ¿Ahora qué le cuentan sus conocidos que siguen en Italia?
– La gente está encerrada. Mis compañeras de equipo están bien, pero siguen en cuarentena hasta por lo menos el 3 de abril. Ellas viven el día día en casa y tienen una autorización especial solo para poder salir a comprar las cosas básicas en el supermercado o la farmacia. Allí solo se puede entrar por turnos para que no se acumule mucha gente en el interior. En las colas se deben respetar dos metros de distancias.
El coronavirus la obligó a regresar a Chile
– ¿Usted tenía que volver a Italia?
– Sí, Belen y yo teníamos que irnos a Italia el viernes 13 de marzo, pero nos cancelaron el vuelo el martes porque cerraron el aeropuerto. Es muy difícil entrar a Italia. Además, España canceló todos sus vuelos directos. Nosotros teníamos otra opción, pero era arriesgada.
– ¿Cuál?
– Queríamos hacer escala en otro país para poder entrar, pero nada nos aseguraba que eso ocurriría. Así es que el Comité Olímpico, junto a la Federación de balonmano, nos dio la opción de venir a Chile con el resto de mis compañeras.
– ¿Les informaron el protocolo a tener en cuenta en Chile?
– Sí, nos mandaron las medidas a seguir: tenemos que estar en cuarentena de 14 días y, en caso de que presentemos un síntoma, debemos informar a las autoridades. Somos personas de bajo riesgo, pero venimos de un país de zona roja.