Jorge Vargas, ex zaguero de la UC y la Roja, regresó a China con el plantel del Shenzhen FC donde ejerce como DT ayudante y narró cómo vive la crisis por el Covid-19 en el país asiático.
Por As.com
Hace algunos días, la permanencia en el exterior del Shenzhen FC, club en el que el chileno Jorge Vargas es DT ayudante, se hizo insostenible. El plantel de la Superliga de China, que es dirigido por el italiano Roberto Donadoni, debió regresar, justo en medio de la expansión del coronavirus por el planeta, y el ex zaguero de la UC y la Roja le relató a AS Chile cómo ha sido el duro retorno ala país donde surgió el flagelo del Covid-19.
«Pensábamos que podíamos tal vez encontrar la situación un poco normal, sabíamos que era difícil. Una vez que llegamos acá, nos dimos cuenta de que era totalmente distinto. En aduana nos tuvieron casi seis horas retenidos, rellenando papeles y tomándonos la temperatura. De inmediato a todo el grupo lo aislaron y con mayor razón a nosotros, que no tenemos pasarte chino», cuenta Vargas desde China.
«Afuera del aeropuerto, y después de una espera larguísima, nos esperaba la polícia con una gente del club y nos llevaron a un hotel determinado por el gobierno para poder encerrarnos. Luego llegaran los doctores totalmente cubiertos, tipo astronautas, a controlarnos la temperatura y tomar las muestras con los tampones para la garganta para el test del coronavirus», agrega el ex central que actuó largo tiempo también en el fútbol de Italia.
-¿Cómo ha sido el trato? ¿Está todo muy controlado todavía?
-Acá son drásticos, complicados, en cada piso hay un policía al lado del ascensor. No se puede ir a la habitación de otra persona del staff, estamos prácticamente encerrados. Nos traen la comida tres veces al días, no hacen la limpieza porque nadie puede entrar a las habitaciones de las personas. Estamos permanentemente bajo observación, telecámara y todo eso. Incluso un jugador chino fue a otra habitación a buscar unas cosas y al equipo le llegó la multa y la advertencia de que en la próxima se lo iban a llevar detenido.
-¿De qué forma afrontan esto como cuerpo técnico?
-No tenemos un programa muy estipulado, porque siempre hay imprevistos. Es complicado, hemos tenido dos paras importantes y ahora esta es la más larga. El equipo está en buenas condiciones físicas y futbolísticas y no sabemos qué pasará. Debemos esperar qué va a pasar acá en China con el torneo, si habrá alguna noticia oficial, porque todavía no hay nada claro. Solo queda esperar y cuando haya novedades tomar decisiones en relación al futuro.
-Por lo visto que no ha tenido ninguna posibilidad de observar cómo está el panor ama general en la ciudad de Shenzhen. Es una ciudad gigante con 12 millones de habitantes.
-Se ve que la gente de acá trata de hacer la vida un poco normal, pero a la distancia veo muchos locales cerrados. Todavía no se vuelve a la normalidad, anda mucha gente con mascarillas. No hay nada de tráfico y esto significa que la gente no sale de sus casas. No podemos salir ni a botar la basura aquí en el pasillo. La policía te controla en cada piso, estamos cada uno encerrado en su habitación y esperando que pasen los días. No hay mucho qué hacer, no hay contacto con la demás gente del equipo.
-¿Percibe que pronto podrían volver a intalarse en sus casas?
-Estamos en cuarentena hasta el 30 de marzo. Aunque no tuviéramos gente contagiada, igual volviendo a China íbamos a tener que hacer cuarentena. Fue un poco para anticipar el tema de la cuarentena. También los chinos querían volver por su comida, por sus costumbres. Ellos todavía no pueden ver a sus familiares por la cuarentena y porque sus familiares también están en otras ciudades. Ya son varios meses que no ven a sus familias y no ha sido nada de fácil para ellos, pues afuera estuvimos en España y Dubai.