El exjugador del Barcelona recibe comida proporcionada por sus abogados, por lo que no ha compartido comedor con los internos.
Ronaldinho tiene una capacidad de adaptación extraordinaria, o al menos eso se puede deducir de cómo ha asimilado su paso por la cárcel de Paraguay, donde se encuentra desde hace días junto a su hermano, tras intentar ingresar al país con un pasaporte falso.
El exjugador del Barcelona parece que no lo está pasando tan mal como se esperaría. «En general, lo está haciendo bien», aseguró Blas Vera, uno de los guardianes de la prisión en una entrevista telefónica con ABC. «Se le ve con buen ánimo, tal y como se le ve por televisión, siempre sonriendo», detalló.
Ronaldinho ingresó en una prisión de máxima seguridad y de ambiente exclusivo, situada a las afueras de Asunción, la capital paraguaya. Solo hay 195 presos, en una lista que incluye a políticos, oficiales de policía acusados de corrupción y algunos de los más importantes traficantes de droga del país.
El astro y su hermano, Roberto Assis, comparten una celda con dos camas, televisión y un ventilador. El exjugador de Barça, PSG y Milán tiene que usar un baño comunitario, y pasa la mayor parte del día en el patio. Sin embargo, no come lo mismo que los demás presos, pues sus abogados le proporcionan alimento, por lo que no ha compartido comedor con los internos.
El guarida reveló que los presos más peligrosos de la cárcel se encuentran en un ala de la prisión distinta a la del exjugador. «Nos aseguramos de que se encuentre lo más cómodo posible», dijo.
En estos días que lleva internado, Ronaldinho ha recibido la visita del exjugador del Atlético de Madrid e internacional paraguayo Carlos Gamarra, que también jugó en varios clubes brasileños.
El astro del fútbol y su hermano deberán dar cuentas ante el juez este martes. En tanto, su abogado, Sergio Queiroz, ya pidió al tribunal que deje a Ronaldinho en situación de arresto domiciliario, y ofreció garantías de que ni el jugador ni su hermano abandonarán el país.