«Se ciñe estrictamente a criterios sanitarios”, dijo Gerard Figueras, director de deportes de la Generalitat de Catalunya.
Barcelona y Nápoles jugarán sin público el partido de vuelta de los octavos de final de la Champions League, que se disputará el 18 de marzo en el Camp Nou, como una medida para evitar la propagación del coronavirus Covid-19.
“Es una decisión que se ciñe estrictamente a criterios sanitarios“, explicó Gerard Figueras, director de deportes de la Generalitat de Catalunya, tras una reunión con representantes del club.
Los responsables tomaron la determinación ante la posibilidad de que alrededor de cinco mil hinchas italianos viajaran a España para presenciar el partido.
Actualmente, Italia sufre un brote de la enfermedad surgida en China que ya suma más de 460 muertos; obligando a las autoridades sanitarias a decretar una cuarentena en todo el territorio.
Las prohibiciones estaban vigentes en la región de Lombardía y 14 provincias del norte de Italia, afectando a más de 16 millones de habitantes, pero ahora rigen para más de 60 millones de personas.
Las medidas limitan los viajes al interior y fuera del país. La gente solamente se podrá mover de sus casas por trabajo, salud y otros motivos justificados que sean de urgencia.